Vendida al mejor postor

capítulo 13

Dicen que después de la tormenta siempre viene la calma, bueno, esa calma jamas llego.

Los fantasmas de mi pasado cada vez se acercaban mas, cada vez sentía mas cerca sus voces incitandome a volver a enloquecer a volver a ser esa chica mentalmente inestable.

Ya no salia de mi cuarto hacia exactamente una semana, tampoco bailaba o cantaba. Sentía como nuevamente mi mundo se desmoronaba y ya no tenia la fuerza suficiente para seguir ya no quiero seguir.
Estoy cansada física e emocionalmente, mi mente pide a gritos descansar, liberarsem .

El simio ha golpeado mi puerta innumerables veces, preguntando que pasa, que hablemos. Parece preocupado o eso me digo para convencerme a mi misma.

Me preguntó como estará mi padre, que pensará de mi. Solo esperó que siga adelanté, que cada vez que piense en mi tenga la certeza que me hizo muy feliz, que me cuidó y me amo demasiado me alegró de siempre haberle dicho lo mucho que lo amaba para que puede recordarlo siempre para que jamás dude de mi amor y adoración por él, solo se que el ya no va a estar aquí para salvarme. Las lágrimas comenzaron a descender rápidamente por mis mejillas, no se cuando me convertí en esta frágil chica.

Prometí no volver a derrumbarme prometí no volver a caer y menos por un hombre pero no contaba con toparme con él.
Él me destrozó, nuevamente un hombre me destroza quizá no físicamente pero rompió mi corazón, mi ilusión de por fin ser libre, mis esperanzas de encontrar al fin la paz que tanto buscaba.

Dicen que al mejor guerrero se le dan las más fuertes batallas, bueno, creo que se equivocaron conmigo yo ya no puedo mas. Tantas batallas, tantos golpes que ya perdí la cuenta. Jamas pensé que mi paso por la tierra iba a ser tan doloroso y tan solitario parece que no todos tenemos esa buena suerte. De niña soñaba con se feliz, tener un esposo que me ame, una linda casa con jardín e hijos. De adolescente sonaba con el sexi chico de chaqueta de cuero era vampiro y me quería para toda la eternidad. Luego del accidente todas mía esperanzas se murieron pero pude salir adelante y seguir, ahora acostada en la cama sola y llorando solo sueño con cerrar los ojos y no despertar jamás.