Just A Little Bit Of Your Heart [•Nick Robinson•] [EN EDICIÓN]

09: La Chica Más Hermosa Que He Visto

Busqué la dichosa ferretería y en cuanto la encontré busqué un sitio para estacionarme.

Me quede parado frente a la puerta de la ferretería durante un minuto más o menos.

Me puse más nervioso y me extrañó porque nunca había estado así.

¡Ya entra, cobarde! Me gritó mi subconciente.

Sí, ya debía entrar.

Ya hombre, ¡vamos!

Y lo hice, entré.

No podía recordar la última vez que había estado tan nervioso.

Fui hacia el mostrador, detrás de ahí había tres personas: un señor de entre los 50 o 55 años, qué sé yo; un niño pequeño de no más de 8 años y una mujer guapa entre los 40 y 50 años, ella era alta y casi idéntica a Ally a diferencia del color de ojos y cabello.

—Hola... buenas... buenas tardes—dije casi tartamudeando.

— ¿Qué tal joven? ¿Cómo puedo ayudarte? —dijo el señor amable y mostrando una sonrisa, parecía agradable.

—Busco a Ally—solté.

La sonrisa del hombre se desvaneció, el niño me miró inquisitivo, y la mamá de Ally solo miraba a su esposo esperando a que dijera algo.

—Oh... sí... tú eres Jake, ¿verdad? Yo soy Samara, la mamá de Ally—dijo la mujer con una sonrisa, ella me agradó.

—Encantado de conocerla señora, y sí... ese soy yo... Jake—estrechamos las manos mientras yo sonreía como estúpido por los nervios.

—Este es Luke, el hermanito de Ally—el niño me saludó con la mano al igual que yo—. Y él es Sean, mi esposo—estreché la mano con Sean y él me la apretó tanto que me dolió un poco. Entonces lo solté.

—Encantado de conocerlo... señor.

Mierda, el tipo es fuerte...

—Bueno... llamaré a Ally, siempre tiene su música tan alta que nunca se da cuenta de nada. Volveré con ella en un momento—me dijo la mamá de Ally, sonreí imaginándola.

—Sí... gracias—dije mientras ella se iba.

No me deje con este intimidante tipo....

Pero lo hizo y el tipo no me dejaba de analizar con la mirada.

—Entonces... tú, jovencito, la vas a llevar a una cita—antes de que le pudiera responder siguió hablando—. No me parece muy bien el que salga con chicos, pero esta niña ya no me deja "meter mi cuchara" en esos asuntos—creo que parecía un poco molesto...—. En fin... ¿a dónde la llevarás?

—Yo eh.... pensaba en llevarla a los bolos, ya sé que es un lugar común pero creo que estaría bien.

— ¿Vas a cuidar a mi hermana? —dijo Luke, el hermano de Ally poniéndose de pie y junto a Sean.

—Claro que sí—le respondí—. Lo prometo.

—Pero ¿a qué hora planeas...? —empezó a decir Sean serio.

—Llegaste temprano....—escuché esa voz que me hacía feliz.

Miré a la dirección a donde escuche la voz y todo lo demás desapareció cuando vi a la hermosa chica que me robó el aliento. Se veía tan preciosa toda ella que no pude reaccionar.

—Wow.... te ves... estás... estás... preciosa—dije perdido y la vi ruborizarse, eso siempre tenía efectos sobre mí.

— ¿En serio lo crees? —dijo mirando hacia el suelo sonriendo y pasándose un mechón de cabello detrás de la oreja.

—Absolutamente—respondí de inmediato.

—Sí, sí, sí... ella ES hermosa—dijo Sean fastidiado, aunque defendía mi idea—. Pero no me has dicho... ¿a qué hora la regresarás a casa? —me preguntó exigiendo una respuesta rápida.

Yo miré a Ally y ella a mí, estaba igual de nerviosa que yo.

—No creo que mucho tiempo... tal vez a las ¿nueve?

— ¡¿Y por qué tanto tiempo?!

—Vamos Sean... no es tanto...—Ally le dijo con una mirada que convencería a cualquiera.

—Está bien... pero te quiero en casa en punto—dispuso.

Pude notar que al momento que dijo eso, Ally torció los ojos con fastidio, pero al parecer el tal Sean no lo notó.

—Le aseguro que estará allá a las nueve en punto—dije.

—Bien, pueden irse, niños.

—Vale... los quiero—Ally se acercó a despedirse con un abrazo de Sean y su madre. A su hermano le tocó la barbilla y le dio un beso en la mejilla.

La esperé y caminé junto a ella hacia afuera. Cuando llegamos a mi camioneta le abrí la puerta y sonrió.

—Gracias—dijo y le sonreí.

Entré a la camioneta y la encendí para empezar a conducir. Nos quedamos en silencio unos minutos

— ¿Fue tan incómodo allá tanto para ti como para mí? —me preguntó.

La miré de reojo ya que no quería desviar mi mirada del camino.

—Un poco... sí—respondí algo encogido de hombros.

— ¡Dios! ¡Lo siento! Te digo... Sean puede ser muy desesperante muchas veces.

—Ey Ally tranquila... no te preocupes, todo vale por ti.

— ¿Qué?

¿Qué?

—Me refiero a que.... tú sabes... tenía muchas ganas de salir contigo.