Capítulo 13

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Sabía que enamorarse no estaba mal, pero... ¿por qué su mamá reaccionaba de esa manera?

Al día siguiente, cuando despertó y terminó de hacer sus cosas. Bajó las escaleras encontrándose con su papá en el sofá mirando fútbol americano. Su mamá no se encontraba hoy, ya que fue a casa de una amiga.

Así que, se sentó junto a su papá y sin decirle nada...

Lo abrazó. No era común de Harry abrazar a las personas pero su papá se lo ganó.

Des quedó completamente quieto y desconcertado, pero luego reaccionó. Y le correspondió el abrazo.

—¿Quieres gomitas. eh? ¿Por eso me abrazas?

Harry, negó.

—Lou.

—No puedo darte a Lou. Estará en su casa.

Harry lo miró y sonrió.

Se separó de él y buscó una libreta para escribir:

"Los escuché. A ti y a mamá. Lo escuché anoche..."

Des abrió sus ojos más grande de lo normal y le dijo:

—Lo siento. Harry... tu mamá y y-

El rizad negó.

—¿Tú qué piensas?

El rizado escribió:

"Amo a mamá. Aunque creo que tú tienes razón esta vez, papá..."

Su padre le sonrió. Y asintió.

—Sé que Anne quiere que seas feliz aunque no sé de qué manera. Tú debes saber Harry que estaremos bien con lo que elijas para tu vida. ¿De acuerdo? Yo estaré bien y tu mamá... ella lo entendería completamente —dijo Des—. Tienes derecho a ser feliz cuando lo propongas, con lo que sea y con quién quieras, Harry. Yo estaré aquí, viéndote feliz y con una sonrisa en el rostro y con un flan en las manos.

El rizado comenzó a reír.

Asintió y volvió a abrazarlo. Era lindo lo que decía su papá, era lindo tener el apoyo de alguien.

Escribió nuevamente:

"Respecto a las gomitas... realmente quiero. :)"

Su papá rió ligeramente y asintió para levantarse y darle dinero al rizado.


—No voy a dejarte salir solo. Tú man-

El rizado juntó sus manos en forma de suplica. Quería ir a comprar solo, ¿qué problema había?

—Sé que está cerca pero... pero entiende que no puedo dejarte salir. Déjam-

Volvió a negar.

—De acuerdo. ¿Hacemos una cosa? Llévate mi teléfono. Si sucede algo... por Dios, sueno como Anne. Bien, si sucede algo, llama al teléfono de aquí. Y ven rápido porque tu madre está por llegar y esta vez me cortará las pelotas. No estoy bromeando —dice Des y le entregó su teléfono.

Harry asintió sonriendo y luego se marchó.

Caminó por la acera tranquilamente para llegar al kiosco y comprar sus ricas gomitas. Dobló la esquina y siguió caminando hasta cruzar la calle para entrarse al kiosco.

—Hola, Harry —saludó la mujer—. ¿Qué quieres hoy?

Harry le sonrió. Ella lo conocía, si bien venía poco con su madre o padre cuando pasaban por allí. Ella sabía que el rizado no podía hablar...

LOU | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora