4. Marisol no

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Desperté como a eso de las 9 de la mañana y Marisol ya no estaba en la cama.
Escuché ruidos en la cocina y supuse que era ella, entre sigilosamente para jugarle una broma y me llevé una sorpresa enorme.

Marisol estaba tirada en el suelo de mi cocina, con un frasco de píldoras somnolientas en su mano y unas pequeñas cortadas en la muñeca izquierda.

Hay Dios Mío, que no me esté pasando esto, MARISOL despierta maldita.
Le di un par de bofetadas pero no reaccionaba, tomé su pulso y era débil, apenas se podía notar, era como un hilo de agua desapareciendo entre las rocas.

Tomé mi teléfono y llamé a una ambulancia, en cuestión de minutos ya estaba ahí la ambulancia y una patrulla de policías interrogandome.

Vi como se llevaban a Marisol en una camilla y el paramédico encendía la sirena para que los autos le dieran espacio.

Un policía de unos 40 años me tocó el hombro.

Hija, ¿como fue que pasó esto?
Tomé mi cabeza entre mis manos y la apreté fuerte.
Ni yo lo se, sólo cuando desperté y vine a la cocina ella estaba ahí en el suelo peleando con la muerte por sobrevivir.
Le dije al policía mientras las lágrimas salían y ardían como ácido en mis mejillas.
Tenemos que checar tu departamento, el auto y las pertenencias de ella, hacerte unos análisis y que declares ante la PGR.
Dijo el policía mientras me brindaba un pañuelo.

Tomé el pañuelo y me limpié las lágrimas, acepté con la cabeza, y subí a la patrulla.

Nos dirigiamos a la PGR, cuando me acordé de algo.

El paquete, PUTA MADRE. Pensé

La policía estaba en mi departamento y claramente mencionaron que iban a inspeccionar todo el lugar, encontrarían el paquete y nos meterían a la carcel, bueno si sobrevive Marisol y si no, YO estaré en la carcel.

Llegamos Señorita
Dijo el policía brindandome una leve sonrisa.

Bajé del automóvil y en compañía de dos policías más y entramos a las oficinas, Ya dentro me llevaron a el interrogatorio.

Era una habitación gris, con una lámpara que brindaba una luz tenue, y un ventilador en el techo que giraba muy lentamente, debido a que sus aspas estaban bastante oxidadas.

Me senté en la silla que me asignaron y un detective entró.

Demasiado atractivo - Pensé.

Hola Mucho Gusto, mi nombre es Gael y soy el detective encargado de su caso, su amiga se encuentra en urgencias, y aún no sabemos si pueda sobrevivir.
Dijo con una voz ronca, demasiado candente.

Sonreí por lo bajo, al estar pensando esas cosas en una situación tan difícil.

Mi nombre es Susan, el gusto es mío.
Le dije al detective con una enorme sonrisa.

Como podía estar coqueteandole a un detective, que estaba investigando el caso donde estaba involucrada mi mejor amiga y yo.

Moví la cabeza para salir de mis pensamientos.

Como le decía Srita: Susan, las probabilidades de su intento de asesinato es por un problema mayor, ¿usted sabe de algún problema que la atormente?
Dijo el policía apoyando sus manos en la mesa y mirándome fijamente.

Soy su mejor amiga y nunca me contó algo que fuera muy fuerte como para no soportarlo, ella siempre a sido divertida, alegre, fiestera, consejera.
Nunca noté algo que la hiciera querer suicidarse.
Le dije al policía mientras mis lágrimas rodaban por mis mejillas.

Gael se acercó a mi y asimiló sentarse en el aire, para brindarme un pañuelo y tomar mi mano.

Seguí llorando, por que yo sabía el motivo pero nunca echaría de cabeza a mi mejor amiga, ahora no.

Tomé el pañuelo y le sonreí para que viera que no tenía culpa y que lo que había dicho era pura verdad.

Ya están inspeccionando el departamento, el auto, pertenencias y la casa de tu amiga, por el momento debes de estar aquí en las instalaciones, en dado caso que no se encuentre nada o que tu amiga se encuentre más grave, podrás salir e ir al hospital.
Dijo Gael y abrió la puerta indicando que saliera.

Me levanté y caminé despacio hacia la salida, los pies me pesaban por la culpa, cuando pasaba por la puerta, Gael tomó mi mano y me miró a los ojos para decirme:
Te invitaré un café, te espero en la cafetería en 10 minutos, ¿va?
Lo mire a los ojos y sonreí, como una chica cuando va a tener su primera cita.

Salí del lugar y me dirigí a la cafeteria, no perdería mi tiempo dando vueltas por el enorme lugar, lo mejor era ir para allá y esperarlo.

VIVIR ENCERRADAWhere stories live. Discover now