Capítulo 29: Segunda llamada

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ADRIEN

¿Acaso es tan difícil decirle indirectamente a Marinette que deje de pensar en eso? Quiero decir; comprendo la situación pues soñé lo mismo pero no podemos quedar estancados en un sólo lugar, nuestro objetivo es derrotar a Thalia. Una simple profecía no nos puede obligar a realizar una acción.

Todo el desayuno fue en silencio, Marinette no le hablaba a sus padres y yo no quería hablar con ella. Vaya situación incomoda.

Ayudé a Tom y Sabine a levantar los platos y escombrar la cocina, ellos agradecieron aún tristes por el repentino cambio de su hija.

-No comprendo por qué actúa de esa forma- dijo Sabine que se encontraba sentada en el sillón junto con Tom, yo estaba del otro lado -¿Acaso no nos extraña?- sus ojos amenazaban con romperse en llanto.

-No es eso- suspire -Thalia fue de cierta manera su primer amiga y a ella le duele que le ofendan-

-Pero si apenas y estuvieron juntas por un par de meses- dijo Tom sujetando la mano de su esposa.

Debía explicar la situación o de lo contrario seguiremos teniendo problemas.

-Escuchen- lleve mi mano derecha detrás de mi cabeza -Marinette lleva muchísimo más tiempo de amistad de lo que ustedes piensan- ellos me observaron extrañado -Verán... Existe una profecía que habla sobre dos almas destinadas a resucitar y...-

-Usa el amuleto Adom- dijo Osiris en mi mente -Solamente debes tocarlo-

Hice lo que dijo, saqué el amuleto con forma de cruz, lo toqué e inmediatamente comenzó a brillar. Del pequeño hueco se reflejo un holograma.

-...a derrotar de una vez por todas a Thalia- continúe.

-¿Si?- Sabine levantó la vista completamente interesada -¿Pero eso que tiene que ver con ellas dos?- continuó observando el amuleto al igual que Tom.

Hace milenios existió una pareja de enamorados destinados a estar juntos por toda la eternidad. Sus nombres eran Calé y Adom.

Se proyectaron dos personas; una chica azabache de cabello lacio y corto y un joven de piel apiñonada, rubio y de ojos verdes.

Ellos dos eran los héroes del antiguo Egipto y al mismo tiempo debían ser anfitriones de dos dioses muy importantes: Osiris e Isis.

Sus respectivos símbolos se materializaron.

Calé era hija de un antiguo soldado y de una mujer extranjera mientras que Adom era descendiente del faraón en esa época. Por ordenes del máximo ellos tuvieron que comprometerse, Adom amaba a Calé pero ella no sentía lo mismo. Estaba profundamente enamorada de su compañero de batallas: Chat Noir.

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