Colors » Rick Grimes [Terminada]

Capitulo dos; confess

Intenté tragarme aquel molesto nudo que con fuerza apretaba mi garganta, sin embargo no fue mucho lo que logré.

Presioné con delicadeza las manos que abrazaban con fuerza mi abdomen y respiré hondo.

—¿Como murió Shane? —Aquella pregunta provocó inevitablemente que me tensara, lo que fue notado rápidamente por Lori, ya que no tardó en soltarme y caminar hasta posicionarse frente a mí.

Apreté los labios y desvié mi mirada de ella.

—Rick —me llamó—, ¿como murió Shane?

No tenía ni la menor idea de como decirle lo que realmente ocurrió, así que simplemente fui al grano sin pensar en las consecuencias.

—Yo lo maté.

—¿Cómo que tú lo mataste?

Cerré los ojos unos segundos, como si con aquello me liberara de la potente mirada que Lori ejercía sobre mí.

—Él intentó matarme. —Intenté excusarme con dificultad, pues aquello me dolía.

—¿Y le mataste por eso? Que simple.

Fruncí el ceño ante sus palabras, que si bien iban cargadas de rabia e impotencia también demostraban el disgusto que sentía ante la situación.

—¿Crees que para mí fue fácil? Era mi mejor amigo, claro que no fue fácil. —Solté en un gruñido señalándome.

—¡Por la misma razón no deberías haberlo hecho! —Aquellas palabras las brindó junto a un empujón contra mi pecho antes de comenzar a caminar enfurecida hacia alguna dirección a la que no le presté atención.

Simplemente me mantuve de pie con la mirada gacha, intentando hallar una respuesta que me aclarara la extraña actitud con la que Lori había actuado.

Elevé la mirada al sentir una mano sobre mi hombro, y algo apenado me decidí a hablar:

—Siento que hayas visto eso —murmuré pasando con cierta desesperación mis manos por mi rostro.

Lori esta vez en serio se había enfurecido y aquello me hacía sentir pésimo.

—¿Me estás pidiendo disculpas por algo que no ocasionaste tu? —cuestionó la castaña soltando una leve risa.

—Es que de cierta forma si lo ocasioné yo.

—No debes culparte de todo, creo que aún no soy la adecuada para decirte eso pero no te desanimes ante esas actitudes; tu sabes porqué has hecho lo que hiciste. —soltó encogiéndose de hombros.

Respiré hondo y asentí dándole la razón, pues a pesar de que a penas la conocía y con el pasar de los días solo había intercambiado algunas palabras con ella, la tenía.

—¿Como hallaste a Sophia? —interrogué con curiosidad, intentando cambiar de tema, aunque hace días; desde que se había unido al grupo se había formulado en mí aquella pregunta. 

Summer frunció su ceño y caminó hacia la orilla del río, el cual se agachó a tocar.

—En una cabaña. Entré por la ventana huyendo de esas cosas y ella se estaba escondiendo de mí. Logré que me mostrara su rostro y pues, poco a poco, acabó confiando en mí.

Llevé mis manos a mis caderas e intentando mantenerme calmado di un paso atrás.

—No sabes en el lío que me metí; la buscamos durante días, quizás semanas.

Mi voz se oyó fría, sin embargo no estaba enfadado y mucho menos con ella; aún así la angustia que me apretaba el pecho desde el momento en que le pedí a Sophia que se quedara en aquél escondite mientras me encargaba de los caminantes no desaparecía por completo.