Capítulo uno

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La vida a través de los ojos de Stiles es completamente oscura.

Sin embargo, él no se siente decaído de ninguna manera. Se ha acostumbrado a conocer el mundo por medio de sus otros sentidos, los cuales se han desarollado más allá de lo normal para compensar la ausencia de uno que, aunque sea importante, Stiles ha demostrado que no es vital.

Él percibe el mundo que lo rodea sintiéndolo, escuchándolo, oliéndolo y gracias a ello lo disfruta más que muchos que lo pueden ver; por ejemplo, la gente muchas veces no huele en la brisa que sopla cerca de ellos la lluvia que se avecina, en cambio Stiles puede sentirla hasta en la punta de los vellos de sus brazos.

No es algo que le guste presumir, pero sí que se siente orgulloso por ello.

Es así como ha descubierto a lo largo de los años que la vida es maravillosa y ha aprendido a amar las cosas que lo hacen sentir libre. Como correr.

Stiles se levanta cada mañana dos horas antes de ir a la escuela y utiliza los primeros treinta minutos para hacer abdominales en su habitación, después de treinta repeticiones sale a correr al bosque cerca de su casa, aunque por obvias razones no puede ir solo.

Su padre, John Stilinski, ha sido su acompañante desde que tiene uso de razón. Les costó un buen tiempo poder acoplarse ya que al principio no sabían cómo hacerlo funcionar.

Intentaron corriendo agarrados de la mano, pero el sudor lo hacía muy incómodo, así que su padre comenzó a sujetarlo del brazo; cuando Stiles tenía doce años funcionaba de maravilla, pero conforme fue creciendo también se volvió más estorboso.

Buscaron otra alternativa y es la que utilizan al día de hoy: John va a la delantera con Stiles agarrándolo del hombro izquierdo, y aunque les ha servido perfectamente bien en los últimos tres años, ahora Stiles es más rápido que su padre.

Y también John es un poco más viejo. Una mala combinación.

—Despacio, Stiles —pide su papá, jadeante—. Despacio.

—¿No puedes ir más rápido? —pide con todo suplicante, Stiles.

—Tranquilo, ésto es campo traviesa.

—Lo sé pero quiero, ya sabes, correr.

—Estamos corriendo —se queja John, casi sin aliento y sintiéndose un poco ofendido.

—Yo siento como si estuviéramos trotando —responde Stiles y aprieta un poco el hombro de su padre—. Yo sé que podemos ir más rápido.

John decide callarse, su hijo sólo quiere correr a su antojo y él no puede darle más que aquella carrera un tanto más lenta de lo usual.

Avanzan por un puente de cemento que ayuda a cruzar un estanque de agua sucia en el camino, llevan cuarenta minutos corriendo y John siente que le arden los pulmones.

—¿Qué tenemos delante? —pregunta Stiles.

—Una ligera bajada, gracias a Dios —Eso significa reducción de velocidad y no puede estar más agradecido por ello—. Hay que girar a la derecha.

—Necesito ir más rápido, papá —dice Stiles—. Estamos entrenando para competir en carreras, las cuáles son rápidas. Y largas.

Running to your heartTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang