Capítulo 13.

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Narra Freya 


Me quedé sentada en la barra mientras que Effie terminaba de hacer caja. Realmente no tenía ganas de llegar a casa y notar la ausencia de mi hijo. Por supuesto que entendía esa rebeldía, yo misma había tenido su edad, pero estaba molesta. Tan molesta que hice lo que jamás le hubiera hecho a mi pequeñín: echarlo de casa. Me había vuelto como las demás madres. Siempre gruñendo, preocupándome más de la cuenta. Con los años, y la obligación de tener que madurar para dar un buen ejemplo a nuestros hijos, la Freya divertida que conseguía sacarle una sonrisa a todo el mundo se había esfumado.

—¿Desde cuándo no echas un buen polvo?

Por suerte Ginger no estaba cerca. Ella no hubiera soltado «un buen polvo»...más bien «folla, nena, te están saliendo arrugas».

—¿De qué hablas? —y entonces lo entendí. Ethan hablaba diariamente con Daniel. ¡Oh, oh! ¿Había sido capaz de contar...?—¿¡Daniel te ha dicho algo!?

Ella negó con la cabeza.

—Me estás haciendo daño —ni siquiera me di cuenta que le agarré del brazo. Le pedí perdón y bajé de la barra para quedar delante de ella esperando una explicación. Effie soltó una risa y se arregló el vestido rosa. —¡Lo ves! Ese mal carácter es de no tener sexo.

Crucé los ojos hasta ponerme bizca.

—O tal vez estoy preocupada por mi hijo —era lo más lógico.

De nuevo soltó un no. Y después de ese "no", vinieron unos cuantos más.

—No lo creo. ¿Desde cuándo Ethan y tú no lo hacéis?

—No quiero hablar de eso, Effie.

—Freeeeeeeeeeeeya —alargó mi nombre con tranquilidad. No se daba cuenta que cada vez me entraban más ganas de salir de allí y esconderme en cualquier lugar pero lejos de ella.

—¿Quuuuuuuué?

Enarcó una ceja.

Crucé los brazos bajo el pecho.

—Hace....—lo dije muy rápido.

—¿Lo puedes repetir?

—Hacecuatromeses.

Parecía que en cualquier momento se le saldrían los ojos.

—¿Cuatro meses? ¿¡Estás loca!? —rebuscó en su bolso y sacó una revista. —Lee el título —me negué. —Está bien, lo leeré por ti. ¿Por qué los hombres buscan amantes más jóvenes?

—¿Estás diciendo que Ethan me engaña?

No quería enfadarme más de lo que estaba.

—¿Lo engañas tú?

—¿¡Yo!?

—El que trae la coca-cola te mira demasiado —caminó hasta quedar detrás de mí para empujarme contra el mostrador. —A lo mejor te ha puesto cara a la pared y ¡pam! ¡Zasca! ¡Toma, toma!

La alejé de mí con un empujón de culo y la apunté con el dedo.

—¡Estás loca! ¡Loooooca! —Ethan y yo nos queríamos muchísimo. No había terceras personas. —Me voy —cogí el bolso e intenté alejarme de Effie todo lo posible.

Sus tacones siguieron el sonido del calzado cómodo que solía llevar para trabajar.

—Al menos quédate la revista.

¡Mi vecino es stripper!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora