56: Viejos Temores

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Desperté temprano e hice una pequeña maleta con lo que Luke y yo necesitaríamos para el fin de semana.

Anoche hablé con Drew y le supliqué millones de veces hasta que accedió que llegaría a Lima hoy lo más temprano que pudiera y es que no estaba segura de estar en el apartamento de papá aunque fuera por el fin de semana.

Como cada sábado, Luke tenía entrenamientos de soccer así que lo llevaría más tarde, después de ir al apartamento de papá donde le tendría que ver la cara a la arpía de Reneé, esperaba no tener que encontrarme con su hijo.

Carajo, jamás había despertado de tan mal humor...

Tomé un baño y al salir me vestí con unos jeans, una camisa blanca y mi suéter de colores.

Tras desayunar con mi hermanito ambos salimos de la casa y tomamos un taxi. Yo mantenía un ceño fruncido mientras mi hermanito estaba bastante ansioso.

— ¿Qué tienes? —me preguntó.

— ¡Nada! —dije, creo que de una manera bastante ruda.

— ¡No me grites, tonta! —gritó mi hermano algo molesto.

Me di cuenta de que Luke no tenía nada que ver y no tenía porque tratarlo así, y sentí un golpe de conciencia.

—Perdón Lukie, yo solo... aghh... no me siento bien...

— ¿Te peleaste ayer con papá?

—No... pero es que yo solo... no sé Luke... no me siento como para ir a su casa... las vibras me parecen tan negativas...

Mi hermanito levantó la mirada con un pequeño suspiro pues se aburría cada que empezaba a hablar de mantras, vibras y cosas por el estilo.

Cuando llegamos a casa de papá pagué el taxi y bajamos la maleta. Afuera del edificio donde vivía mi padre lo encontramos junto con su novia. Mi hermanito no perdió el tiempo y corrió al encuentro de ambos.

Yo caminé lentamente hacia ellos y noté que ma sonrisa de papá se borraba dando lugar a una mirada seria. Reneé tenía abrazado a Luke y yo solo podía pensar en quitarle sus manos de encima.

—Ally dulzura... que bueno que decidiste ayudar a tu padre—dijo ella y yo sonreí falsa y forzamente.

—Hay comida en el refrigerador y dejé algo de dinero—me dijo papá y me tendió las llaves—. Regresamos mañana a las 6. Y ya te dije: no quiero que metas a tu novio en mi casa.

Rodeé los ojos.

—Tendrá una entrevista para la universidad—respondí aunque en realidad Jake y yo anoche acordamos que vendría cuando su entrevista terminara ya que me sentía mejor teniéndolo a él y a Drew acompañándome.

Después de esos incómodos momentos papá y su novia se fueron y mi hermano y yo entramos al apartamento. Luke viendo mi estado de ánimo se decidió poner una película para matar el tiempo.

Cuando dió la 1:30 llevé a Luke a sus prácticas de soccer ya que empezaban a las 2. Hicimos 15 minutos caminando.

De regresó fui al súper a comprarme un Arizona y regresé al apartamento. Miré mi móvil y primero vi la fotografía de Jake y después la hora: 2:20.

Jake seguro no debía de tardar...

Me convencí de que estaría bien y de que no debía preocuparme e introduje las llaves en la perilla para entrar.

Tiré el morral al suelo y bebí un sorbo de Arizona.

—Te sigue gustando esa cosa...—escuché y entonces levanté la mirada al distinguir la voz que me hablaba.

— ¿Qué demonios haces aquí? —le pregunté tratando de aparentar que no me asustaba estar sola en la misma habitación que él.

Se quiso acercar a mí pero yo me moví y dejé la bebida en el desayunador.

—George pensó que sería bueno para nosotros conocernos y entamblar una buena relación aunque creo que ya te conozco muy bien y tú a mí.

Se me fue el aliento.

Jake, llega por favor....

—Tú no me conoces... jamás te importó conocerme—respondí.

—Claro que sí. Te encantan las bebidas llenas de azúcar y calorias como esa que estás tomando, dos veces me hiciste ver horribles e insoportables películas en las que se la pasaban cantando, tartamudeabas al estar nerviosa, comprimías el estómago cuando te tocaba así—no sé cómo paso ni en qué momento llegó pero ahora estaba tocándome en el abdomen y fue bajando su mano lentamente, no supé reaccionar, el miedo se apoderó de mí y no podía hablar—. Hmm... veo que de algo sirvió que te reprochara tantas veces que eras una vaca... y diablos... cuando estabas conmigo te veías tan mal... ahora mírate, estás sexy.

Enterró su nariz en mi clavícula y las lágrimas de desesperación inundaron mis ojos. Todo lo que me estaba diciendo me hizo recordar cuando estábamos juntos, cuando me reprimía por comer alguna fritura, cuando me insultaba, cuando me apretaba con brusquedad diciendo que dejara atrás mis sueños estúpidos porque no iba a llegar a ningún lado.

—Tu padre adoraría que estuviésemos juntos Ally... al parecer el imbécil con el que sales no le agrada mucho... ¿qué dices si le damos gusto?

Se acercó hasta la comisura de mi labio y con una mano tomó mi rostro intentando hacer que lo besará mientras la otra bajaba intentando alcanzar mi ingle.

De nuevo sentí el miedo de aquel día hace 2 años y medio y vi todo el daño que me hizo.

Reaccioné y lo alejé de mí con brusquedad, le di una fuerte bofeada y él rió sosteniéndose donde lo golpeé, en su mirada distinguí su perversión.

— ¡JAMÁS TE ACERCARÁS A MÍ DE NUEVO! ¡¿OISTE?! —le grité.

Él me golpeó y me hizo caer.

Antes era delgado pero ahora estaba más fuerte por lo que me dolió mil veces más ese horrible golpe.

—No lo creo, bebé...—dijo poniendo todo su peso sobre mí e impidiéndome moverme.

— ¡SUÉLTAME IMBÉCIL!

¡¿Cómo pude ser tan tonta estando con este maldito enfermo?! Me amaba tan poco a mí misma que fui capaz de estar con él...

Intenté moverme pero él no me dejaba. Luché con mis fuerzas y grité.

—Shhh... shhh....

Entonces me mordió bajándome la manga de la blusa y bajando hacia mis pechos.

— ¡DÉJAME! ¡YA SUÉLTAME! ¡¡BASTA!!

Por más que hice esfuerzos por liberarme no podía, ya me estaba resignado, luchar contra él no me servía de nada. Mis gritos sonaron ahogados. Comencé a llorar con desesperación. Thomas me apretaba y me lastimaba.

Ésta vez Thomas iba a hacer de las suyas.

Just A Little Bit Of Your Heart [•Nick Robinson•] [EN EDICIÓN] Where stories live. Discover now