Capítulo 5: Soy el Sinsajo

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—Claro, adelante, habla. —Me concede Plutarch.

—Acepto ser el Sinsajo. —Espeto con toda la seguridad que reúno.

Es irónico, hace apenas unas semanas yo estaba pensando que mi muerte animaría a que los rebeldes de los Distritos se alzasen en una rebelión, y en realidad, ya se estaba cociendo sin yo saberlo, desde mucho antes que eso. Ahora, incluso yo estoy participando en ella, siendo el símbolo que necesitan.

—Lo veis. —Espeta con alegría Plutarch. —Os dije que acabaría aceptando, y que era la mejor opción.

—Aún no he terminado. —Le interrumpo. Miro directamente hacia Coin y me dirijo a ella.—Acepto ser el Sinsajo con unas condiciones.

—Claro, no esperaba menos. —Me hace un gesto con la mano para que continúe.

—Primero de todo, quiero que Buttercup, el gato de Prim, se le permita quedarse aquí. —Inicio con lo menos difícil de conceder para que no se cierren en banda desde el principio. Al ver que nadie se niego continúo. —Quiero que me dejéis salir a cazar, junto con Katniss y Gale. Todo lo que cacemos lo entregaremos a la cocina.

Hago una pausa y los examino. Los veo receptivos así que sigo enumerando.

—Quiero la inmunidad de Peeta si es rescatado. De hecho, la de todos los tributos capturados e incluso de Annie Cresta. También quiero que organicéis un rescate al Capitolio para sacarlos de ahí.

Veo que Coin está a punto de interrumpir, pero no le dejo la oportunidad y sigo mencionando mis peticiones.

—Quiero que todo esto que estoy diciendo sea anunciado al público, delante de todo el Distrito 13. Quiero que Katniss y Gale sean mis acompañantes en todo. Y, por último, quiero ser yo quien mate a Snow cuando llegue el momento. Eso es todo, si me concedéis eso, tenéis Sinsajo.

—¿Que estén contigo dentro o fuera de cámara? —Cuestiona Coin en cuanto termino. — ¿O prefieres que a Gale lo presentemos como tu nuevo amante?

—¿Disculpa? —Le pregunto ofendida. Esta mujer no me gusta nada. —¿De verdad acabas de decir eso?

—Lo siento, solo era una sugerencia. —Me dice con inocencia como si hace un segundo atrás no me hubiese sugerido liarme con Gale aun y sabiendo que amo a Peeta y que estoy embarazada de él. —Pueden ser tus compañeros rebeldes. Respecto a la inmunidad de los tributos, me temo que eso no voy a poder concedértelo.

—Sí, lo harás. Si no, no pienso ser el Sinsajo de nadie. —Le digo con autoridad. —A demás, ellos no tienen la culpa de que los dejaseis tirados en la arena. Quién sabe lo que les están haciendo en estos momentos allí. Hoy mismo lo anunciarás ante todos, y, es más, quedará grabado y tanto tú, como tu Gobierno os haréis responsables. Si no os gusta, ya podéis buscaros a otro Sinsajo.

No me corto con mis exigencias ni mi actitud. Sé que no van a tener otra opción que claudicar si me quieren con ellos. No me importa que esta mujer sea la presidenta del Distrito, ninguna otra persona puede causar en los rebeldes lo que yo sí, así que tendrán que aceptar sí o sí.

—¡Bravo! —Espeta con alegría y aplausos Plutarch, sobresaltándonos a todos. —¡Esa es ella! —Dice levantándose de la silla. —Justo ahí, con el traje que Cinna diseñó. Disparos y humo de fondo... Eso es lo que necesitamos.

Él mira a Coin con entusiasmo. Inmediatamente sé que a Plutarch ya lo tengo de mi lado.

—Está bien. —Cede con un suspiro desganado la presidenta. —Pero será mejor que tú cumplas con tu parte. —Me dice con una amenaza disfrazada.

Sinsajo (Peeta Mellark y Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora