Capítulo 09

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El sonrojo que se esparcía por sus mejillas, era algo digno de ser capturados, la distancia que los separa era poca pero pese a ello, sus ojos por ningún momento se habían encontrado, Sakura se tapa los labios y debes en cuando miraba de reojo al rubio, este por el contrario se gritaba mentalmente, no sabía si hacerlo de felicidad o de vergüenza. Después de otros minutos más en silencio y el rubio se armó de valor y deicidio cortar con este.

—Creo que iré a tomar una ducha—informo, Sakura relajo el rostro ligeramente, podría jurar que si pasaba un momento de esa forma terminaría explotando, literal.

—C-claro —afirmo la pelirosada, Deidara tomo una toalla, para después abrir la puerta y a su vez cerrarla.

Y Sakura exploto.

— ¡Por dios! No estoy entrenada para este tipo de cosas. —Se dijo —Ese fue mi primer beso ¿Cómo demonios debo reaccionar a algo así? Naruto, Kakashi-sensei por favor encuéntreme, pero que estoy diciendo, yo puedo escapar. Vamos Sakura tu puedes, tienes que salir de aquí, huir... y regresar a la aldea

Ciertamente esa idea no le gustaba del todo, pero sabía que era lo mejor, sabía que debía regresar y... vivir ahí, salir a misiones, pelear y defender la aldea. Y ahí fue cuando se dio cuenta que ya no le quedaba nada, sus padres habían muerto, Sasuke había abandonado la aldea. Naruto, bueno él tenía un sueño, una meta, Ino, Tenten, Hinata, todas tenían una meta, un futuro. Y ella, realmente no se había puesto a pensar en su futuro, en que pasaría después de que lograran "traer a Sasuke" lo cual dudaba que un día pasara. Estaba vacía, sin una meta, sin un camino y sin un futuro.

Fue en ese momento en el que se dio cuenta que aquel hombre rubio de larga coleta le estaba ofreciendo un futuro, tal vez era uno lleno de peligros, incluso más de los que se imaginaba, pero era uno. Y para una persona sin un propósito, esa era la mejor alternativa ¿Entonces, para que escapar? Para volver a una vida sin futuro, para llegar a la aldea estando sola. Tenía dos caminos, uno desconocido y otro que le aseguraba soledad.

Y decidió caminar por el desconocido y ampliar sus horizontes. Sonrió, y accedió a lo que su mente había pensado, algo que ni en un millón de años pensó hacer, pero hay estaba, completamente dispuesta a formar parte de aquella organización, se uniría a Akatsuki.

Llena de motivación tomo sus botas ninjas, en cuestión de segundos se las puso para así salir a comprar para poder preparar algo de comer, no habían comido desde la mañana, y casi anochecía, lo cual significaba que habría un puesto de comida rápida. Un poco de ramen tal vez.

Camino hacia la puerta, antes de abrirla la puerta de otro extremo se abrió, revelando el cuerpo mojado del rubio ¿Por qué ahora? Se preguntó, había tomado una decisión pero aun así no podía reverla.

— ¿A dónde vas rosa? —pregunto detrás de Sakura. — ¿No pensabas en escapar o sí?

No, no lo hacia

—Eso no es de tu importancia — dijo tranquilamente, aunque claro en su interior sudaba de por los nervios.

—Claro que lo es.

— ¿Por qué? Dudo que te importe, al contrario pienso que e...

—Espera, ya sé a dónde vas —corto sonriendo —vamos, yo también quiero ir, será divertido.

— ¡¿Eh?! —grito congelada sin saber qué demonios pasaba en la mente del rubio, pero algo le susurraba que no era nada bueno. — ¡Por lo menos vístete!

El rostro de frustración se mantenía en Sakura desde que habían entrado, se repitió la misma pregunta una y otra vez desde el primer momento en el que habían doblado la esquina ¿Qué demonios hacia ahí? las voces de diversas personas resonaban por el espacio de poca luz, volteo a ver a un grupo de hombre que gritaban apoyando a otros dos, sabia de quien se trataba, irritada se encamino hacia la mesa.

Sus sospechas fueron acertadas al ver a Deidara sonreír victoriosos con más de 7 botellas de sake a su alrededor. Ignorando las quejas de los clientes lucho para llegar frente a él.

— ¡¿Qué demonios estás haciendo?! —grito eufórica.

—Oh vamos Sakura, relájate —lo miro con más detalle y supo que aún no estaba del todo ebrio, pero también tenía muy en claro que no se detendría hasta lograr su motivo, y ese motivo era quedar borracho completamente.

—Es hora de regresar —dijo de forma relajada para que este no se alterara, había tratado con personas pasadas de alcohol desde que había entrenado con Tsunade, y sabía que una persona ebria y enojada no eran fáciles de controlar. —Tenemos que partir mañana, vamos deja eso.

El rubio solamente suspiro para después posar su vista en la pelirosa, y recorrer su figura. De una forma u otra terminaría convenciéndola.

— ¿Por qué no me obligas? —reto Deidara a lo que todos respondieron con un: "Uuh" que resonó en la mente de Sakura.

—Deidara estas siendo muy inmaduro en estos momentos, ya déjalo —volvió a decir perdiendo la poca paciencia que le quedaba.

— ¿Sabes cuál es tu problema? —Sakura no tuvo más remedio que negar —No sabes cómo divertirte

—Ya.

—Es verdad, no conoces la palabra diversión —Continuo, Sakura trago en seco, sabía lo que él hacía, quería incitarla y claramente estaba a punto de ceder. —Vamos Sakura, o... me tienes miedo.

E hay la gota que derramo el vaso.

— ¡Ja! ¿Miedo a ti? —Deidara sonrió de lado, Sakura por su parte lo miro retándole a continuar con su juego. — ¿Quieres apostar?

— ¿Qué voy a ganar?

—Lo que sea —respondió si algún interés, en ese momento Deidara supo que había entrado a territorio peligroso y que tarde o temprano terminaría arrepintiendo.

—Suena interesante —ordeno una caja de sake, tenía confianza puesto que de todos en Akatsuki el y Hidan eran los que tomaban más, claramente no se podía imaginar a Sakura superando eso.

Sakura quiso detenerse y aceptar su derrota, pero su orgullo se impedía, en ese momento odio ser tan testaruda y orgullosa. Ambos se llevaron la primera botella a la boca, Deidara la bebió de un trago dejándola completamente vacía y Sakura tomo el bote blanco y casi temblando se la llevo a los labios, vacío el contenido mientras lo quemaba con una técnica que Shizune le había enseñado uno de los tantos días que acompañaba a Tsunade, aunque claro esta dejaba de funcionar si sobrepasaban las 30 botellas.

Y como si nada tomo la segunda, repitió el proceso con las siguientes 10 botellas, Deidara con el rostro sonrojado continuo hasta la segunda caja. Los espectadores no daban crédito a lo que pasaba, una niña contra un hombre quien parecía no poder continuar, en cambio Sakura mantenían el rostro sereno, contabilizando las botellas, faltaban 8 más para que la técnica terminara, sin preocupaciones vacío las siguiente, y así fueron una tras otra.

— ¿Qué pasa Deidara? —Pregunto Sakura — ¿Ya no puedes?

—Cállate —respondió agarrando entre manos la botella número 19, apenas pudo contestar pues dejo caer el rostro.

— ¿Eso significa que yo gano?

El rubio se incorporó nuevamente, con la mano temblando logro agarrar la botella y tomarla, para después caer inconsciente. El público estallo entre gritos y silbidos, palabras de asombro por parte de los hombres, se levantó de la silla hasta llegar al lado del rubio, lo cargo en su hombro como si fuera un pluma, sonriendo y dejando el dinero en la mesa se retiró llevándose consigo una gran sonrisa.

***

La luz del sol golpeo su rostro, hacia frío pero de alguna forma estaba fresco, se dio la vuelta sintiendo una gota caer sobre su nariz, con toda la pesadez del mundo se levantó topándose con el mejor de los espectáculos; un amanecer desde lo más alto de una colina, con los rayos del sol y las nubes pintadas y distribuidas por el cielo.

—Es hora de irnos —hablo la voz de Sakura detrás de él. —Tenemos un largo camino.

—Si. 

LímitesWhere stories live. Discover now