Canción 3: Sous le ciel de Paris

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Finalmente, llegó a la redacción. A diferencia del resto de edificios, éste destacaba por su modernidad, de tonos oscuros y con algunas ventanas de tonos anaranjados. Era una edificación de esquina, y como cabía de esperar, en la terraza del último piso-tan sólo se constituía de cinco- se hallaba la oficina del director del periódico.

El señor Eustache Vivien, rondaba en aquel entonces los 59 años, pero se mantenía en forma pese a su edad. Era corpulento, algo más alto que Élora, por lo tanto su mera presencia le imponía bastante a la joven periodista, y más aún cuando comenzó a trabajar, ya que al principio suele ser bastante reservada y tímida. Los años habían hecho que su pequeño tupé se tornara de unos tonos grises, sin embargo, los dos factores que más caracterizaban al señor Eustache eran sus gafas de pasta y, sobretodo, su llamativo bigote. Generalizando se podría describir como el típico bigote italiano que todos hemos visto alguna vez, llegó incluso a ser tendencia llevarlo como estampado en la ropa, y los jóvenes lo reconocían como "moustache". Cuando hablabas con él, era imposible no verlo, ni siquiera no bajar la mirada por un segundo. Y lo peor de todo, es que él lo notaba.

-Demasiados años tratando con gente.- Suele responder y, tras eso, soltar una carcajada.

Siempre intentaba ser positivo para motivar a sus trabajadores, pero cuando debía ponerse serio, todos le temían. Élora ya le temía desde el principio, pero durante estos dos años, se creó un vínculo especial entre ambos, cercano a la relación padre-hija. Él se excusa diciendo que se vió reflejado en el entusiasmo y la personalidad de Élora en sus tiempos mozos. Aunque ella misma no lo sepa-ya que la trata como al resto de sus compañeros cuando estos están delante-, ha terminado por cogerle cariño a su periodista más novata.

Élora consiguió aparcar justo enfrente de la misma puerta, lo cual le extrañó ya que esa calle solía estar llena y siempre acababa aparcando una o dos calles detrás, pero hoy sólo estaban estacionados unos coches, y apenas había gente por la calle.
Bajó de su Vespa, guardó el casco debajo del sillín y tras asegurarla, subió a la redacción.
Entró de golpe.

-Bonjour a tous...!- alzó la voz con una sonrisa.
Pero no recibió respuesta. Su alegría se desvaneció con una expresión preguntando inconscientemente "¿Me he perdido algo?". El silencio reinaba en la oficina, cuando siempre se encontraba ajetreada con gente corriendo de un lado a otro. Algunos llamaban por sus móviles, otros estaban concentrados mirando las pantallas de sus ordenadores, y otros simplemente miraban por la ventana mientras hablaban en voz baja entre ellos.
Uno de sus compañeros se acercó a ella con expresión preocupada.

-É-Élora....¿No te has enterado-

-El jefe la pondrá al tanto, Louis, no te preocupes también por ella.-Una voz familiar para la joven interrumpió al periodista.

-Paul...¿Q-qué ha..?- La curiosidad de Élora se transformó en preocupación. Una llamada inminente, las calles casi vacías, el despliegue policial, sus compañeros preocupados....algo estaba pasando, e importante.
Mal día para no escuchar las noticias matutinas.

Jean-Paul separó de su boca con dos dedos el cigarro que estaba fumándose en esos instantes, y suspiró dejando salir el humo. Élora tosió.

-Ya te dije que el jefe tenía que hablar contigo. Ahora ve. Te enterarás allí de todo.-dijo mientras se rascaba la cabeza mirando a ninguna parte, como si tuviera la mente ocupada en otra cosa, pero esa solía ser su típica mirada.

Jean-Paul tenía 30 años, dos años menos que Élora, y fue la primera persona que habló con ella nada más llegar a la capital francesa. También fue el que le consiguió el puesto en la oficina, y desde entonces son inseparables amigos. Aunque Paul parezca desinteresado en todo, se preocupa por la desorganizada joven, pero siempre consigue sacarla de quicio con sus pésimas bromas. El humor no es su fuerte. Es el más alto de toda la redacción y suele llevar ropas oscuras, mas se rumorea que una vez llevó a la oficina una camisa blanca. Su semi-largo cabello rubio le cubre un ojo, pero dice que puede ver perfectamente aunque no lo parezca, y tiene una pequeña perilla que dice Élora que le da un toque misterioso(sólo ella le ha dicho tal cosa). Además, siempre está fumando, pese a que su amiga le advierte que le perjudica su salud.

-Hay que morir de algo,¿no?-Cuándo le dijo esto a Élora esta acabó llorando, pero consiguió consolarla, afortunadamente.

Ella caminó hasta la oficina del director, llamó a la puerta y entró.

-Monsieur Vivien...?- cerró delicadamente-¿Me llamaba?

No hacía falta responder, el señor Eustache estaba atento mirando la televisión.

-....Los terroristas entraron en el edificio y se pudieron oír más de cincuenta disparos en el interior. No se descarta la posibilidad de que hayan supervivientes.

Élora se acercó al televisor, confusa.
Entonces pudo leer con claridad la noticia de última hora.
"Atentado en París."

En El Corazón De La Noticia[#wattys2016]Where stories live. Discover now