Capítulo 25

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Había que admitir que luego de que a Louis lo llamaran por teléfono, él había quedado un poco demasiado raro con esa llamada.

Eso había incomodado un poco al rizado. Cuando volvieron del viaje, Louis se durmió en el hombro de Harry del cansancio que sentía, y una vez que el ojiverde comenzó a despertarlo poco a poco... Louis estaba muy dormido, así que se acercó al rostro de Harry haciendo que éste último retrocediera por el asombro.

—Oh... ¿llegamos? —preguntó Louis en un tono bajo, y somnoliento.

Harry asintió con una sonrisa reprimida.

Luego de eso tuvieron que bajar, y en ese momento en que lo hicieron. Otra llamada le llegó a Louis.

Otra vez lo había puesto más raro de lo que ya estaba.

Al final de todo, Louis dejó a Harry en su casa para luego marcharse no sin antes hablar un poco con él. Decirle que...

—Espero que la hayas pasado genial, Harry —dijo Louis llevando el puño de su mano hacia su ojo izquierdo—. La he pasado muy bien contigo.

Harry asintió con una sonrisa.

Antes de despedirse, Louis seguía un poco dormido así que se acercó a Harry para darle un beso en la mejilla.

UN.

BESO.

EN.

LA.

MEJILLA.

Y además se había tropezado, y ese beso estuvo demasiado cerca de... bueno, ya saben.

Harry quedó en shock unos segundos para luego salir de ese shock con la voz de su padre:

—Hey, enamorado —le llamó—. Ven adentro que te congelarás allí afuera.

El rizado giró a mirarlo con una sonrisa que no pudo ser ocultada, y entró a su casa.


Luego de tres días, y Louis se comunicó un par de veces con Harry para preguntarle cómo estaba y las respuestas de Harry era, obviamente, "Lou". Pero ellos se entendían aunque pareciera imposible.

En ese día Harry no hacía nada al parecer, y Louis, bueno, él venía a buscar su paga... ya que, Des lo llamó hacia una hora para que él viniera.

Y así iba a hacer, creo.

—Harry no te has comido el pastel que te ha traído Peggy —dijo Anne—. Aunque todavía está en condic-

—Está podrido —dijo Des, y bajó el periódico para apoyarlo en la mesa—. Creo. Bueno, había olor hoy... creí que era el pastel.

Anne lo miró con suspicacia, y negó.

—No era el pastel.

Harry reprimió una risa, y se recostó en el sofá.

—Pensé que sí —dijo—. Bueno, no lo sé. ¿Quieres el pastel, hijo?

El rizado alzó los hombros.

—Es de vainill-

—A Harry no le gusta la vainilla, ¿lo recuerdas, Ann?

Anne lo miró con las cejas alzadas.

—Tienes razón —dijo—. Tienes razón.

Harry negó sonriendo.

—Lou.

—No creo que esté bien dárselo a Louis —dijo Anne—. Te lo ha regalado por tu cumpleañ-

—Esta vez tu madre tiene razón —dijo Des asintiendo con los labios fruncidos—. Lo comeré yo.

LOU | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora