Capitulo 34: "-¡PORQUE ESTÁS LOCA!"

643 77 77
                                    

Es gay...
¡Es gay! ¡En serio!

¿Lo dije o lo pensé?
- Ese chico ardiente no parece gay. - la rubia enredaba su cabello entre sus dedos.

- Lo sabe disimular muy bien. - espeto.

¿Por qué demonios le sigo el juego?

- Hola soy Kyle. - me aparta y le sonríe a la chica. ¿Por qué demonios le sonríe? Espera... ¿Por qué demonios me molesto? - ...y no soy gay.

Mierda.

- Sabia que no lo eras. - dice la porrista tonta.

- Silencio muchachos que la clase va a empezar. - nos llama el profesor.

La rubia busca un bolígrafo y agarra el brazo de Kyle. ¡Le está apuntando su jodido número de teléfono!

Le está tocando de mas. -Wow, tienes fuertes brazos deberías entrar al equipo de fútbol.

Sigue tocando sus brazos.

Mira al maldito pizarrón Rae, concéntrate en los malditos números.

- Si hay lindas porristas iré ya a hacer las pruebas. - dice él.

Mi manos se calientan y no porqué hayan seekers cerca.

Lo miro furiosa y el muy imbécil me sonríe y me guiña un ojo.

¿En serio?

- Oh claro que hay, yo soy la capitana y no es por presumir pero soy la mas linda de todas. - vaya esta chica no conoce la humildad.

Mi rostro arde.

- Oh no gracias. - dice borrándose con la otra mano los números en su brazo. - no estoy interesado... - dice frunciendo el ceño. - porqué si tu dices ser la mas linda no puedo ni imaginar como son las demás.

Exploto en una carcajada y Kyle me acompaña en ella. La rubia nos mira totalmente ofendida.

Me mira con una sonrisa cómplice en sus carnosos labios.

* - Como cuando quieres ser un imbécil.* - digo en su cabeza.

* - Solo tengo ojos para mi hermana.*
Mi corazón dio un vuelco.

* - Cállate de una maldita vez. *
Malditas mejillas sonrojadas.

- Nada de poderes sobre naturales. - dice en voz alta.

Mis ojos se abrieron como platos.
La bella sonrisa de Kyle se borró.

Todos nos miraban. Kyle tomó sus cosas y salio rápido del aula.

No sabia que hacer. Al final decidí seguirlo.

Caminaba por el pasillo. Iba encorvado y se notaba las manchas de sudor en su camiseta.

- Espera. - lo llamé y nada.

- ¿Donde esta el maldito baño?
Me puse frente a él. Estaba sudando demasiado.

- Tranquilo. - tomé sus manos, pero el las arrancó de las mías.

- Perdí otra cosa, ya ni siquiera puedo hablar por la jodida telepatía, cada maldito segundo estoy mas débil.

- ¿Que crees que sea?

- El calentamiento global, que cojones sé yo. - se aparta bruscamente de mi.

- No seas tan duro conmigo, yo solo trato de ayudarte.
- ¿¡AYUDARME!? Tú solo complicas mas las cosas.

- ¡No digas eso! Yo solo quiero ayudar tú eres el estúpido cegado que no logra ver nada, tú eres el que no cree que algo anda mal con los Sullivan...

La Rosa Negra © #CA2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora