Capítulo 32

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Harry esperaba a Louis.

Tal vez saldrían a caminar. Bueno, eso iban a hacer pero no sabría dónde. Aunque, de todas maneras, sólo importaba salir con Louis. El rizado sabía que eso a Louis le hacía mejor por la situación que estaba pasando.

Hace unos días atrás Louis le contó al rizado que él ya había pagado la deuda. Que tal vez aquellos tipos dejarían de molestarle, y tal vez pegarle. De todas maneras era un peso menos. Por fin había pagado la deuda. Por fin.

—¿Saldrás? —preguntó Anne mirando a su hijo.

El rizado asintió con una sonrisa reprimida.

—Louis —respondió Harry.

—Entiendo —asintió Anne—. ¿Sabes las reglas, no?

—Regla número uno —dijo Des—. Que no falte el flan en esta casa. Anne, ¿te has puesto a pensar que falta el flan? Amor, sabes que es mi postre favorito. ¿Por qué falta el flan en este hogar?

Anne rió ligeramente, y volteó a mirarlo.

—Quiero ser seria.

—Y yo quiero flan pero todo no se puede tener en esta vida. ¿Cierto? —dijo Des mirando a su esposa, y luego dirigió su mirada a Harry—. ¿Te vas, hijo?

Él asintió.

—Louis.

—Oh, entiendo —dijo su papá—. El nene ahora se manda solo, ¿cuántos años tienes?

—Cariño, ¿qué te sucede? —dijo Anne con una sonrisa divertida, y con sus cejas alzadas—. ¿Te ha has levantando de malhumor?

Des suspiró pesadamente.

—Me he despertado de buen humor —dijo en un tono calmado—. Caminé hasta la nevera, y noté que no había flan. ¿Y sabes qué? Me he puesto de malhumor.

Harry largó una carcajada.

Ya no era silencioso. Era una carcajada de verdad.

Con su hermoso sonido.

Y sus padres voltearon sorprendidos. ¿Por qué siempre eran los últimos en enterarse de todo?

—Antes...

Harry la interrumpió asintiendo.

—Esto es asombroso, hijo —dijo Des—. Estoy cada vez más orgulloso de ti.

El rizado le sonrió a su papá, y obviamente, a su mamá la cual estaba sin palabra alguna. Así que... ella sólo sonrió muy emocionada.

—Di flan.

—¡Des! —le regañó Anne casi riendo.

—¡Sólo quiero flan!

Harry volvió a reír, y Des lo miró orgulloso otra vez.

***

—¿Cómo estás? —le preguntó Louis a Harry, y le acomodó un rizo que caía por su ojo izquierdo ligeramente—. ¿Estás bien?

Harry se colocó un poco nervioso por el roce de Louis, y asintió algo aturdido.

Estaban parados en la acera, y ya estaban por irse a quién sabe dónde.

No importaba a dónde si sólo estabas con esa persona especial. ¿Cierto?

Louis ladeó la cabeza esperando una respuesta, y eso volvió loco a Harry así que no se contuvo y dejó un corto beso en la pequeña nariz de Louis sorprendiéndolo por completo. Éste lo miró desconcertado pero luego reaccionó con una sonrisa, y le dejó un beso también.

LOU | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora