Muñecos [CANCELADA]

Villa Botón.

¿Dónde estamos? —-Preguntó Lana. George se volteó para ver a Lana.

— Estamos en Villa Botón, el pueblo más peligroso de estos lares. — Respondió George sereno. Lana miró alrededor con miedo. - Mantente cerca mio en todo momento - Lana se limitó a asentir.

Villa Botón no era como cualquier lugar de aquel extraño mundo en el estaba Lana. El pueblo de Villa Botón parecía un pueblo fantasma, las casas de muñecas de tamaño "real" tenían la madera podrida, el cielo era de un tono grisáceo, era un pueblo bastante triste.

— Éste lugar se me hace familiar.— Dijo Lana.

— Porque este lugar es el armario de tu difunta abuela. Años después de que muriera, guardaron todos los juguetes que ella poseía de pequeña en su armario. Es un lugar bastante triste. — Respondió George.

— Oh, que triste historia — Decía Linda — ¿Nadie ha jugado con estos juguetes desde entonces?

— Me temo que no.

— Este lugar tiene un olor desagradable. — Dijo Bob tapando su nariz.

— Si, Bob tiene razón. — Dijo Closty, también tapando su roja nariz.

— No me sorprende la verdad. — Dijo Teddy.

Mientras caminaban por aquel lugar, sintieron el sonido de una puerta abrirse. El grupo se giró para ver qué había sido eso. Antes de que cualquiera quiera hablar, vieron salir a una muñeca de porcelana, con el pelo bastante desordenado y sucio, su vestido rojo estaba muy sucio y tenía varios rasguños, y al igual que Linda, a la muñeca le faltaba un ojo.

— ¿Thai? — Tartamudeó George. La muñeca de nombre Thai vio a George, y su cara mostraba que esta estaba furiosa con él.

— Tú ¡Traidor! — Exclamó Thai señalando a George. — ¡Maldita rata asquerosa!

— George ¿Qué ocurre? — Preguntó Lana asustada.

— Tranquila, pequeña... mantente detrás de mi. — Dijo George.

— Entrega a la niña... — Dijo Thai de manera amenazante.

— Si la quieres, tendrás que pasar sobre mi. — Respondió

— Traidor... — Susurró — ¡Juguetes, encarguense de ellos y tomen a la niña! — Desde varios lugares del pueblo, comenzaron a salir distintos juguetes sucios y con partes rotas.

— ¡Alejense, yo me encargo! — Gritó George.

— ¡No! — Exclamó Closty

— Nosotros nos encargamos, tu y Linda lleven a Lana sana y salva con Fred — Dijo Bob.

— ¿Pero cómo planeas hacerlo tu si ni siquiera estamos separados? — Dijo Linda

— Siempre supe que este momento llegaría, hermana mía... — Bob tomó su brazo unido al de Linda y tiró con fuerza, la tela se empezo a deshilar, y el algodón comenzó a salir hasta quitarselo completamente.

— ¡Tonto! — Sollozó Linda.

— ¡Corran! — Bob empujó a George y Linda. — Cuiden a la diosa... — Dijo escupiendo algo de felpa.

George asintió y tomó a Linda del brazo con su cola. Ella no dejaba de llorar.

Fred y Rex se miraban mutuamente de manera amenzante, ambos estaban con varias heridas. Fred luego sonrió y desvió la mirada.

— Eres una ternura. — Dijo Fred.

— ¿Por qué no te callas? — Dijo Rex harto. — ¿Acaso quieres perder más felpa?