Capítulo 6

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10 de setiembre del 2001

Ha pasado tiempo desde lo de la nota
Ya estoy más tranquila, estoy comenzando desde cero.

...

Llegué recién a mi departamento. Estaba en la casa de Dan, estábamos en una reunión de amigos. Allí se encontraban todos nuestros compañeros de trabajo y algunos amigos de Dan.

Me quité los zapatos y caminé hasta la cocina en busca de algo para beber. Cuando iba a abrir el refrigerador, vi un papel doblado que estaba pegado a el. Mis manos comenzaron a temblar. Lo agarré con miedo, como si me fuera a quemar. Loabrí y comencé a leer.

<<Oscar Wilde es un sabio. Me dio a entender que soy un demonio y hago de este mundo mi propio infierno, pero prefiero decir que yo soy tu demonio, te amo, pero haré de tu mundo un infierno. No me malinterpretes, nunca te haría daño, pero mientras no estés a mi lado no serás feliz>>


Otra vez las lágrimas caían.
¿Porqué me hacía eso?
Al menos, según la nota, no me haría daño, eso esperé. No quería que me lastime, aunque no tenía porque vivir, seguía soñando con tener una pequeña familia y no perdí las esperanzas.
Me senté en el sofá y me puse a pensar...
¿Y si me hace daño?
¿Y si me secuestra?
¿Y si le hace daño a alguien que quiero? Me desesperé tanto por esa idea que agarré mi celular a toda prisa y marqué el número de la policía.

-Departamento policial del distrito central, buenas tardes-. Contestó una voz masculina.

-H-hola-. Dije con las palabras entrecortadas.- Quiero denunciar a una persona por acoso.

El hombre me preguntó algunos detalles de la situación que le expliqué aún estando en shock.

-Bien, deme su dirección e iremos enseguida a su casa con un especialista en retratos-. Me dijo.

-No lo conozco de vista-. Sequé mis lágrimas.- Pero me ha mandado cartas y siento que me sigue a donde sea que vaya.

-Esta bien, señorita-. Volvió a hablar.- De todos modos le mandaremos compañía a su casa y estaremos investigando a esa persona.

-Vivo en Irving St. departamento Ocean open número 15D-. Le expliqué.

-Estaremos allí en 10 minutos-. Colgó la llamada.

Me acosté en el sofá y cerré los ojos fuertemente. Me acurruque ahí esperando a la policía.

Diario De Una Víctima Donde viven las historias. Descúbrelo ahora