Capítulo 7.

38.9K 1.8K 103
                                    

― Antes de finalizar la clase de hoy, quería comentar que van a hacer una exposición para dentro de un mes sobre los distintos grupos de células y reinos que existen. ―informa la señorita Farrel minutos antes de que suene el timbre.

― ¿Será por parejas?  ―se escucha por atrás.

No sé quien es porque no me giro.

― Sí, será por parejas. ―se levanta de su silla.

Segundos después se escuchan murmullos, silvidos y algún que otro gritito. A éstos ignorantes les encanta ir en parejas porque eso significa diversión y que uno de los dos se libre de hacer parte del trabajo. Yo sin embargo, me limito a observar a todo el mundo, preferiría hacerlo sola o con Penny, porque Val es una vaga.

Miro hacia el lugar de Val y está girada hablando con Will, fijo están planeando ir juntos en el trabajo. La señorita Farrel interrumpe el alboroto.

― ¡Las parejas las elegiré yo!

En ese momento, todo resulta paralelo. Antes todos estaban saltando de la alegría y ahora solo se escuchan quejas y más quejas.

Empieza a nombrar las parejas y algunos se alegran y otros maldicen el trabajo, llega a mi nombre y...

― Abby Tyler y William McCall.

Mis ojos se abren como nunca y hasta creo que voy a llorar, no sé como reaccionar y noto que Will me mira pero no soy capaz de mover ni un solo músculo, ¿él y yo? ¡Somos totalmente distintos lo veas como lo veas!

Él es tonto y solo piensa en tías, y yo soy inteligente y veo el mundo de una manera más realista que él, y lo peor es que siempre nos llevamos la contraria y si él dice blanco yo digo negro. ¡Es imposible poder convivir con una persona así!

― ¡Noooooooooo! ―grito rotundamente y la señorita Farrel pega un salto del susto.

Pego un golpe a la mesa con el puño de mi mano izquierda y me levanto.

Comienzo a maldecir en mi mente a la señorita y a Will que ríe descontroladamente, en ese momento creo polémica y un conflicto enorme entre la señorita Farrel y yo.

― ¡William será su pareja y por nada del mundo le cambiaré de pareja!

― ¡Por dios! ¿Por qué justamente él?

― Porque necesita ayuda en la asignatura y considero que usted puede ayudarle a progresar.

― Hay más gente en esta clase que necesita ayuda, por favor, póngame con quién sea menos con él. Por favor.

― No, rotundamente no. Y si sigue insistiendo de esa manera tan poco respetuosa no tendré otro remedio que suspenderle la asignatura.

Ese era un golpe bajo, había dado en mi punto débil. O accedía o me jugaba la nota.

Asentí, dejando mi dignidad por debajo del suelo y me senté resignada en mi asiento. Intenté pellizcarme para ver si era una pesadilla pero no, sonó el timbre y William paso por mi lado con una sonrisita pícara.

Capullo, pienso. Le lanzo una mirada asesina y al encontrarme sola en el aula frunzo el ceño. Me parece extraño que él, justamente él no se haya quejado de ir conmigo en el trabajo. El odio es mutuo.

― Creo que has estado exagerando ¿Tanto me odias?

Escucho por el aula totalmente vacía en eco. Tras de sí se cierra la puerta y me giro.

Las reglas del juego ©Where stories live. Discover now