Esa era la realidad.

3.7K 330 81
                                    

-Es necesario que reproduzcan el vídeo.

Narrador Omnisciente.

Un año yacía que ambos sobrevivientes se habían unido a Akatsuki.
De ser personas sin sentimientos pasaron a construir lazos con aquellas personas que consideraban su familia.
*

Bolas de fuego por allí, bolas de fuego por aquí. Shurikens tirados por todo el suelo y manchas de sangre en cada rincón. Miles y miles de aquellos que se hacían llamar shinobis, estaban rodeados.

Los pocos sobrevivientes observando con temor. La historia se volvió a repetir, y lágrimas rondaban por su rostro. No comprendía el por qué y sólo lograba enfurecerse aún más, ¿en qué momento sucedió?

Maldecía una y otra vez, odiando al mundo Shinobi y odiándose a ella.
Se volteó, dio apenas 10 pasos y se encontró con una escena que hubiese preferido que la mataran antes de encontrar aquello. En el suelo, un cadáver cubierto de sangre y su característico cabello verde con manchas rojas. Palideció mientras más lágrimas brotaban de sus ojos y el dolor la consumía poco a poco, al igual que la culpa.

Perdió a su amigo, la persona más importante de su vida. Quizás era su obstáculo, pero si fuese así, ella se habría sacrificado por él.

Jamás se perdonaría la muerte del joven peliverde, de su amigo, compañero, su casi todo. ¿Y cómo hacerlo? Si se había jurado protegerlo ante cualquier cosa.
En aquel momento odiaba todo lo que la rodeaba y sentía que su alma se marchaba junto a la de su amigo. ¿Qué sería de ella ahora? Sólo se unió a Akatsuki con el propósito de que él sea feliz ahí, era un vacío que parecía no tener consuelo, por una vez en su vida creyó en que su prioridad sería el amar a alguien y cuando lo hizo, ese amor se convirtió en odio. Su odio no era hacia él, ni a su vida, tampoco a su muerte. Su odio era hacia ella.

Hace un año se encontraban planeando una vida juntos restaurando su clan, ahora ella se encontraba sola mirando el cuerpo que yacía sin vida. Los labios del joven tenían un toque morado, su piel era pálida como una nube y tenía los ojos entreabiertos.

-Él ya no está, él se fue. -Murmuraba.

No quería seguir llorando, no. Sin embargo, sus lágrimas eran incontrolables al igual que su odio.
Todo se tornaba de un color distinto a lo que veía normalmente. Otra vez, la vida le dio la oportunidad de seguir de pie. Pero, ¿por qué? Si ella no lo deseaba, no deseaba ver cómo la gente que quería se iban desmoronando. Sería como ver una flor marchitándose poco a poco sin poder hacer algo para evitarlo. Él se ha ido, y se llevó junto a él una parte de ella. Su parte risueña, cariñosa, esperanzada. Dejó a un ser totalmente apoderado por la oscuridad, la abandonó. ¿Lo habrá hecho a propósito? Nadie lo sabía, quizás el también sufría tanto como para dejarse asesinar.

Sus ojos verdes observaban la escena y aunque quisiera apartar su vista, no podía hacerlo. Estaba rota, rota de una manera irreparable.
Gritó eufórica, mientras apretaba fuerte los ojos deseando que fuese un sueño. Y cometió un error, los abrió.
Esa era la realidad

Somebody. || Akatsuki Y Tú || ©Where stories live. Discover now