Capítulo XXX

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Jong Woon ardió en cólera al hallar a Hyungsik con su esposo ¿qué hacía allí? Recordaba haberle pedido al imbécil que desapareciera. Miró al menor quien mantenía su mirada atónita posada en Chanyeol, le había advertido que se mantuviera alejado. Lo que hacían debía ser evidente, se abofeteó en sus adentros. Había creído cada palabra de Ryeowook, había confiado y ahora se hallaba con la realidad.

De esa que le habían advertido.

Había jugado con él, le había mentido y tenía el descaro de meter a su amante en la habitación.

Se acercó a Hyungsik quien retrocedió advirtiendo el peligro, sin razonar Jong  lo golpeó en la mejilla arrojándolo en el suelo. Iba a matarlo. Lo juraba.  Empujó a Ryeowook cuando  éste trató de acercarse, no pensaba. No podía hacerlo. Y lo que menos necesitaba era tenerlo a su lado. Tomó a Hyungsik de tu traje atrayéndolo a su rostro para golpearlo de nuevo, se enfrascó en los golpes con la única idea de desaparecerlo para siempre. No le importaba sus jadeos ni sus quejas. Le iba a pagar el haberle robado a su esposo.

— Jong Woon— Detente rogó el menor.

Chanyeol a un lado sonrió, disfrutando del espectáculo que se le ofrecía. Se sentía tan bien ver a Ryeowook de ese modo, tan vulnerable, sin Kyungsoo a su lado para protegerlo. Iba a pagar muy caro lo que estaba sucediendo.

 — Hola, Ryeowook — Saludó al menor quien le miró asqueado por su tranquilidad —. Parece que se te ha caído el telón.  

Ryeowook le dirigió una mirada de odio, había llegado a arruinar las cosas, su felicidad. Tenía que buscar a Kyungsoo, tenía que hallarlo de algún modo para que solucionara ese malentendido. Cuando los reyes Lee se enteraran se desataría  un gran problema y no creía que pudiera detenerlos él solo.

Vio a Jong Woon, el mayor parecía alguien desconocido, golpeaba a Hyungsik con todas sus fuerzas haciéndole manar sangre.

—¡Detente!— Rogó.

Pero su esposo no pareció escucharlo. 

Kyuhyun interfirió interponiéndose entre el pelinegro y  Hyungsik, Jong Woon lo iba a moler a golpes a ese paso, no parecía tener control de sí mismo en ese momento, y terminaría cometiendo una locura. Con prisa llevó a Hyungsik a la puerta y le puso unas esposas en sus manos para impedirle los movimientos.

Jong Woon miró a su comandante con odio.

— Eres hombre muerto, Kyuhyun. 

Pero el castaño no le dio importancia. Al menos en ese momento.

Con el rostro adolorido el soldado alzó la mirada al rey colerizado, miró a Ryeowook con desprecio. Debía infringir daño en su corazón, destruir esa burbuja de felicidad que había construido.

— Él me ha pedido que viniera—Jadeó hacia Jong Woon.

Ryeowook se quedó todavía más sorprendido por su acusación, miró por un momento a Jong Woon y por otro Hyungsik ¿qué estaba ocurriendo?

— Eso es mentira—Sentenció enojado.

— ¡Cállate!— Gritó Jong Woon.

El menor retrocedió asustado a su voz, con las lágrimas contenidas cayendo libres por su rostro. Miró a Chanyeol quien sonreía disfrutando de lo que ocurría. Le había dicho la verdad. Jong Woon lo sabía todo. Ahora tenía que asumir las consecuencias de la mentira. 

Su esposo le miraba de manera oscura, como si planeara asesinarlo con la mirada. Apretó sus dientes adolorido. No quería ser él la causa del dolor, no podía soportar verlo de ese modo. 

i. El origen del amorWhere stories live. Discover now