Capitulo 13

2.4K 233 4
                                    

Lisa me agarró de mi codo empujándome un poco hacia atrás. Es que aunque quisiera no podía dar crédito a lo que mis ojos veían, Noé con una mujer abrazándola.

Pero bueno que se piensa el gilipuertas este, que va ha venir a decirme a mí,  con quien debo o no de hablar y miralo como la abraza y besa sus mejillas a la tipa esa.

Marisa, esto...no pienses lo  que no es. Ella es Elsa, su ex-mujer. 

Vaya, pues para ser su ex mujer, qué bien se llevan ¿no crees?

Marisa, Elsa está enferma, no sé exactamente qué es lo que le ocurre, pero sé que cuando Noé se divorció de ella fue porque no podía soportarla más a pesar de haberla querido. 

Me has dejado igual Lisa. Pero sabes lo que te digo, pues que nos vamos a la disco a ver si por lo menos conocemos un par de hombres guapos.--Sonreí a Lisa para comenzar a caminar hasta el estacionamiento y montarnos en el coche de Lisa con la única  idea de emborracharme y poder quitarme de mi tonta cabeza a Noé.

Nada más llegar a la discoteca pasamos derechas hacia la barra para pedirnos una cerveza. Lisa trataba de explicarme acerca del divorcio de Noé, algo molesta, no entiendo por qué me pongo de esta manera cuando supuestamente a mí la vida de Noé me  tiene que importar 3 pepinos. Pero no, ahí estaba yo bebiendo mi cerveza molesta por haberme enterado que Noé se casó.

—Marisa, ¿ese chico de allí que está apoyado a la barra no es tú hermano?

Hostras, pues sí. ¿Y qué hace él ahí apoyado mirando al frente con la mirada perdida?—Observe a Lisa que estaba tan desconcertada como yo. Y para salir de dudas lo mejor es ir a ver qué ocurre.

—Amos Edu, rascarte el bolsillo e invitanos a una cerveza.—Le dije a mi hermano golpeándole a su vez en su hombro para que se espabilarse.

—Marisa joder que susto.Me responde mi hermano dando un sorbo a su bebida. Entonces miro en dirección hacia donde mira y tal y como suponía se trata de Clara bailando con un tio que se ve claramente que van acabar en el huerto. Miro  con pena a mi hermano, aún no  me puedo explicar porque  se maltrata así. Si de verdad la quiere pienso que debería decírselo, pero claro cuando no lo ha hecho por algo será. El caso que no puedo ver en ese estado tan lamentable a mi hermano. Alzo mi mano y vuelvo a pedirle a la camarera otra ronda de cervezas.

Marisa, ¿se puede saber que estás haciendo?—Me pregunta Lisa pegada a mi oído.

Pues es sábado por la noche, somos tres jóvenes que están deseando de divertirse y no de estar observando a una pava como tontea con un tío que es más que evidente que van a enrollarse. Y nosotras pues a vivir la vida. Pues ya sabéis alegrar esas caras y a disfrutad de la noche.

Mi hermano tomó su cerveza pasando un brazo por mi hombro agradeciendo me el detalle. Le guiño un  ojo haciéndole una señal para ir a la pista y bailar.

Los tres nos dirigimos hacia la pista y comencemos a bailar y reír, debo e admitir que mi hermano y Lisa se entienden a la perfección, y eso me agrada mucho. Sedientos nos vamos hacia la barra y volvemos a pedirnos otras cervezas, y un rato después vinieron otras más y así hasta que perdí la cuenta y comencé con la risita tonta y creo que a decir palabras sin sentido.

Madre mía que resacón, intenté abrí los ojos y por San Teresa que todo me daba vueltas, la boca me salía rayos y de mi aspecto ni qué hablar, parece hubiera tenido una pelea con una manada de jabalís. Decido meterme en ducha, lavarme los dientes y cuando ya estoy un poco presentable me dirijo hacia la cocina, allí se encuentra Lisa  sonriente aunque con un aspecto de alcohólica como el mío impresionante. Nada más vernos comenzamos a reír recordando las tonterías que hicimos anoche. O por lo menos lo que nos acordamos.

TÚ ERES ASÍ...Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora