i. El origen del amor

Capítulo XXIX

Ryeowook contuvo las lágrimas que amenazaban con salir, Jong Woon se mantenía junto a su caballo imperturbable, ignorando sus sentimientos. Un nudo se formó en su garganta de sólo pensar que mañana partiría, temía que algo le sucediera, o nunca más volviera a verlo. Jong Woon le miraba con cierto pesar, quería besarlo allí pero habían soldados presentes y su tío les miraba con cierta impaciencia, ante todo debía mantener su orgullo.

— Ryeowook, mañana me voy así que no me hagas sentir mal desde ahora— Dijo bajito.

El menor se atrevió a mirarlo a los ojos, se estaba comportando como un niño y no a la altura de su deber. Debía ser comprensivo, ser un buen esposo y esperar hasta el día de su regreso.

— Regresa pronto a la habitación— Fue lo único que dijo—, quiero estar contigo todo lo que pueda.

Jong Woon asintió con sequedad y montó en su caballo con cierto disgusto. Habían interrumpido su paseo matinal con la excusa de que tenía que revisar uno últimos detalles y los trazados de la ruta que tomarían. Kyuhyun estaba un poco atareado con la parte de armamento y alimentación, se había dejado llevar por el menor sumergiéndose en actividades con él, así que también debía cumplir su parte como rey estando al frente de esa importante misión.

Al igual que su esposo deseaba pasar más tiempo con él, pero primero era rey y el deber estaba por encima de todo. Ryeowook debía entenderlo.

El menor dio un paso atrás con su corazón acongojado ¿qué haría sin él? Estaban a tan solo unas horas de separarse e imaginaba el mundo desmoronarse frente a sus ojos. Pensar en las noches solitarias le causaban un vacío y ni hablar de los eternos días . Cuando le vio partir sus lágrimas cayeron, Taeyeon lo tomó en sus brazos con cuidado. Mañana cuando le viera irse no podría soportarlo.

No quería quedar solo con esa familia, por más que Heechul le acompañara habían cosas que no podrían hacer juntos.  

— Vamos a la habitación, Su alteza—Murmuró la mujer.

El menor asintió con desgano, quería arreglarse un poco para cuando Jong regresara y disfrutar de su última noche juntos. Quería hacer algo especial, crear un recuerdo inolvidable para ambos.

Debía compensar un mes de ausencia.

Jong Woon siguió a Shindong hasta llegar al cuartel donde las tropas se organizaban, unos vasallos alistaban palanquines con alimentos, objetos para el aseo y armamento. Algunos soldados afilaban sus espada y empacaban lonas con objetos que llevarían, mientras otros revisaban el estado de los caballos.

Atacarían a un pueblo del oeste para iniciar la guerra contra el reino de los Bang, así que era más bien una advertencia de lo que iba a suceder más adelante. Jong Woon necesitaba verificar ese reino, de acuerdo a una pequeña  investigación que había realizado Kibum se encontraría allí e iba a averiguarlo a las malas.  Necesitaba solicitar apoyo a los Lee para poder iniciar un control sobre ese reino enemigo, no podía fiarse de los hombres que tenía, el reino de los Bang contaba con suficiente artillería y necesitaba ponerlos bajo su dominio en el primer golpe, así que el apoyo no le vendría mal. 

Debían preparar toda la estrategia y alistarse para lo que se venía. Ese pueblo no era realmente la gran cosa, pero nunca se sabía de una defensa inesperada. Necesitaba ver el trazado de los mapas para cerciorar los caminos, en la ruta tenía que haber al menos un río para abastecer el agua que requería un viaje tan largo y sitios estratégicos para acampar.

Miró los hombres moviéndose con cierto pesar. Había dejado un pequeño regalo en la habitación de Ryeowook, había sido una decisión difícil entregarle ese objeto tan valioso, víctima de su recelo, pero quería que su pequeño conservara un recuerdo durante  su ausencia y esperaba que le agradara. Podía no ser el más fino pero era el más valioso que tenía.