El diario de Andrea. 6

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Querido Diario:

¡Hoy pasó algo MUUUUY divertido!
Estoy empapada de agua de lluvia y río como tonta.
¡Tiene que ver con Oliver!

Te contaré:
Hoy por la tarde cuando trabajábamos en la mierda de vida que tuvo Cleopatra, a Oliver y a mí nos dio hambre y... Dios, pensar en ello es asqueroso, pero es divertido también ¡Espera a que te diga por qué!
Verás, nos dio hambre. Pero ya dije eso. Sigo... Fue entonces cuando él me preguntó qué me gustaba comer, y yo dije ¡Cheetos! Pero como él no tenía Cheetos en su despensa, le prestó el coche a su tío Byron y fuimos al supermercado.

Aquí viene lo divertido:

Cogimos dos carretillas para jugar competencia de carreras por los corredores. ¡A lo Diddy Kong Racing! Una dependiente malhumorada y un policía molesto nos detuvieron y nos preguntaron qué demonios estábamos haciendo.

Oliver: Vinimos a comprar Cheetos.
Policía: ¿Y para eso necesitan dos carretillas?

Pero no íbamos a permitir que ellos ganaran :p

"De hecho sí" les dijo Oliver con una sonrisa en su rostro y los hizo acompañarnos a la estantería donde están todos los snacks. Allí Oliver y yo empezamos a llenar ambas carretillas con bolsas de Cheetos.

¡Dios! ¡La cara de la dependiente y la del policía no tenían precio!

Oliver: Somos adictos a los Cheetos.
Ellos nos miraron inquietos.
Yo: Pero no se preocupen, ambos ya estamos en tratamiento.
Dependienta: ¿Hay adictos a los Cheetos?
Oliver: Oh, sí. Hay clínica de rehabilitación y todo.

Yo fingí estar desesperada y abracé una de las bolsas hasta casi hacerla explotar.

Oliver me consoló: Tranquila, en cuanto la paguemos podrás abrirla.

Terminamos de llenar ambas carretillas mientras la dependienta, el policía y otros clientes de la tienda, nos miraban mal. Después fuimos a pagar. Y como el dinero que ambos llevábamos no era suficiente, Oliver sacó la tarjeta de crédito que su mamá le dio para emergencias y lo pagó todo.

Importante: Afuera empezó a llover.
Yo abrí una de las bolsas de Cheetos y empecé a tragar todo como desquiciada. La gente a nuestro alrededor me miró con cara de asco, pero la dependienta les intentó explicar
"Los dos son adictos a los Cheetos".
Jajajaja. Oliver me siguió el juego y pronto nos terminamos una bolsa completa.

Al mismo tiempo se acercó a nosotros otro dependiente, alguien con la actitud "Yo soy el jefe de los dependientes."

Dependiente jefe: No pueden comer aquí.
Oliver: ¿Por qué?
Dependiente jefe: Política de la empresa.
¿Te acuerdas que mencioné que empezó a llover?
Yo: Pero afuera está lloviendo. No podemos irnos y necesitamos más Cheetos.

El policía que nos vigiló en los corredores se acercó.

Policía: Sos adictos.
Dependiente jefe: Pero no pueden comer aquí haciendo ese tipo de espectáculo.

Otros dependientes y demás clientes en el supermercado nos miraban preocupados.
Entonces me volví hacía Oliver con cara de desesperación: "Necesito más" dije, y empecé a lamer mis dedos (completamente anaranjados por los Cheetos)

Oliver al dependiente jefe: La terapia ha resultado mejor para mí, pero ella todavía tiene crisis.

Cuando terminé de lamer mis dedos empecé con los de Oliver.

Dependienta: Jesucristo, ella de verdad está mal.

Oliver tampoco podía creer lo que veía, e intentó en vano ahogar una risa: "Eh... Si... Como dije, su caso es grave".
Fue en ese momento cuando se dieron cuenta de que les estábamos tomando el pelo.

Dependiente jefe: ¡Largo de aquí!

Y nos echó a los dos :(

Y salimos del supermercado empujando cada uno una carretilla llena de Cheetos, mojándonos con la lluvia y riendo Jajajaja

El mejor día de mi vida sin duda alguna.

Andrea X

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Yo soy adicta a los Cheetos xD ♡

Gracias por seguirme en Twitter e Instagram (ahí tengo contenido extra) como TatianaMAlonzo. 

La mala reputación de Andrea Evich ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora