Mi ángel guardián.

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Si antes sentía como se me congelaba la sangre ahora podía decir que tenía la sangre en estado sólida. Caminé hacía un recipiente en el que se encontraban varios paraguas, por el rabillo del ojo observé que la puerta estaba entreabierta. Pasé mis manos por mi cara en un intento de parecer asustada para que no se diesen cuenta de mi plan. Acababa de llegar pero no me importaba volver pronto, el problema era que no quería volver sola por el camino que hice con Harry la última vez. Un bosque oscuro iluminado exclusivamente por la luna. La idea de un bosque de negro me recordaba a mi sueño, todo ésto era demasiada casualidad. Era imposible que Adam hubiese dicho la misma frase que aquella béstia oculta en un tornado.

"Deberías irte por tu bien" dijo el señor al que tanto despreciaba.

Cogí rápidamente el paraguas y me giré con una velicidad desconocida en mí y le di justo en la cara. Le tiré el paraguas con fuerza y salí corriendo por la puerta. Volví a la sala que se encontraba llena de gente bailando despreocupadamente. Tranquilicé mi agitada respiración y hice ver que no acababa de pasar nada. En mi intentó de llegar a la puerta de salida choqué con alguien. Ésto era una maldita costumbre.

"¿Jess?" dijo una ronca voz.

Levanté mi mirada del suelo para encontrarme con una intensa mirada verde que me miraba con preocupación. No era el momento para estar aquí hablando, tenía que salir de este edificio y irme lo antes posible, corría peligro. Negué lentamente y me di la vuelta para seguir mi camino hacia la puerta de entrada. A penas di cuatro pasos cuando la mano de Harry se posicionó fuertemente sobre mi muñeca impidiendome caminar. Cada vez apretaba más su agarre en mi muñeca derecha la cual tenía un esguince, el dolor era insoportable.

"¡Suéltame!" dije mientras me giraba bruscamente a él.

Solté una carcajada al ver que quien me agarraba era el maldito viejo cara tomate. Tenía el contorno de los ojos morados, alguna que otra cicatriz reciente y un enorme bulto en la frente. "Bien hecho Jess" dijo mi subconciente.

"Tú te vienes conmigo perra" dijo con su alentio a muerto.

"Ella no se va a ninguna parte Jones" dijo Harry mostrando una media sonrisa.

Se acercó peligrosamente a él y le apropinó un golpe en la cara haciendo que el viejo caiese al suelo y yo también a causa de que agarraba mi muñeca. Harry me ayudó rápidamente a ponerme en pie y fuimos directos a la salida.

Una vez fuera y a unos metros de la puerta Harry se paró bruscamente.

"¿Qué coño hacías ahí?" dijo rugiendo.

"¿No habías venido con la enfermera?" pregunté ignorando su pregunta por completo.

"No" suspiró. "Ahora responde".

"Vine con Max" dije en un susurro mientras miraba al suelo.

Sabía que me prohibió acercarme a él y que se iba a enfadar como nunca antes lo había hecho pero el no decidía con quien me ajuntaba y con quien no. Yo era la única que podía decidir que hacer con mi vida, si quiero saltar desde un puente salto, si quiero tatuarme una torutga en la frente lo hago y si quiero ir a una fiesta con Max voy. Levanté mi mirada del suelo y me di cuenta de que Harry caminaba rápidamente y poco a poco se iba alejando. Corrí hacia él.

"Harry" dije suavemente.

Se giré bruscamente y nuestras miradas se conectaron, detrás de esos ojos color esmeralda se ocultaba una fúria guardada la cual no sabía a qué se debía. Por un momento sentí como todo empezaba a desaparecer y lo único que importaba era nosotros dos. Rezaba para que Harry no abriese la boca y estropease este momento en el que observaba las fracciones de su perfecto rostro. Seguía sin saber si era real o no, era imposible que un humano se viese tan angelical.

Danger |HS| (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora