Capítulo 25

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Capítulo veinticinco

Dean


Me encontraba sentado en la sala junto a mi familia, la de Damián y Liv. Permanecí en silencio la mayor parte del tiempo. Amanda estaba hablando con mi hermano sobre lo genial que sería una vez tuviéramos conexiones eléctricas. Los niños estaban jugando sin prepcuparse por nada más. Liv mantenía sus ojos en la ventana, pero no estaba observando, ella estaba ausente. Últimamente se le veía muy así. Siempre con la cabeza en otras partes y cada vez ponía más resistencia para mantenerse lejos de todos. No confiaba en ninguno. Yo hubiera dado todo por saber que estaba sucediendo dentro de su mente.

Pero lamentablemente no podía quedarme más tiempo. Tyler me había prometido que no la perdería de vista en ningún momento mientras yo estaba fuera. Hace unas horas me habían pedido una reunión, y por mucho que me hubiera encantado haberles gritado un no a sus caras, que me dejen en paz, no podía hacerlo.

Cuando salí de casa los miembros de la manada hacían diferentes actividades. Los más pequeños estaba persiguiéndose o pintando, y aquellos con doce trece años estaban iniciándose con los más grandes en entrenamiento. Una de las primeras cosas que había dictado era entrenar, de lo que Tyler se encargaba al instruir a los niños. Resultó que habían algunos realmente buenos, y otros con mucho potencial con el respectivo entrenamiento. Carmen resultó ser la mejor de todos, la más rápida, fuerte y ágil, y por eso Tyler estaba entrenándola por separado como en las manadas fuertes suelen hacerlos con sus miembros. Ella parecía estar feliz por eso, pero su cuerpo se había llenado de moretones y heridas por las peleas perdidas. Pero al menos podía decir que Tyler no terminaba completamente ileso. El plan no explícito era hacerla una luchadora de primera clase para que pudiera ayudar a entrenar a los demás niños, pero ella todavía no conocía esa parte de la información.

A parte de ese pequeño logro, había logrado cambiar algunas cosas más. Aquellos adultos con conocimientos de arquitectura e ingeniería se estaban encargando de construir más espacios públicos, aunque este sería un muy largo proceso, una escuela, un hospital y un gimnasio serían las prioridades por el momento. Después de recibir una carta de Damián donde él contaba como el "incidente" que tuvieron lo hizo el alpha de una nueva manada, también comentó la forma que tenían de conseguir fondos, lo que nos dio la idea de hacer algo similar. Los padres de Damián se estaban encargando de hacer un negocio lucrativo para conseguir fondos, y se tenía estimado que en muy poco tiempo podríamos tener un fondo suficiente para hacer muchos cambios.

Pero allí termian las decisiones en las que yo realmente tuve un tipo de elección.

Ellos no me habían permitido hacer nada más. Al menos una vez por semana me veía obligado a reunirme para conseguir nuevas órdenes de una pequeña parte del "consejo" que en secreto tenían el verdadero poder. Me habían dejado sin otra opción que obedecer cada una de sus órdenes. Y eso me estaba matando. Nadie, absolutamente nadie se había enterado. 

Y todo comenzó la noche en la que Damián iba a tomar el control de la manada, cuando en un momento me separé del montón de personas y una muchacha de unos diez años me condujo hasta detrás de una vivienda, donde una pareja de mediana edad estaban esperandome. Nunca podría olvidar el momento en que todo comenzó. Ahora sabía que la razón por la que habían hecho eso conmigo y no con Damián es mi inexperiencia y que caería directo en sus garras. Sabían mi punto débil y me estaban amenazando con eso.

La mujer me dijo que debía evitar que Damián tomara el control. Yo debía hacerlo. En primer lugar me reí en su cara porque yo no lo quería. Porque yo no lo quiero todavía. Pero entonces el hombre mostró lo que había estado ocultando bajo su brazo, una carpeta negra y en el interior la recopilación de fotos en las que me encontraba con Olivia, ella con cada uno de lo miembros de la familia y en situaciones que podían darse para malinterpretar. Las llevaría a la policía si no cumplía con sus órdenes. Ella sería llevada de regreso a Canadá y yo terminaría en prisión, y tal vez me hubiera atrevido a hacer un plan en secreto si esto hubiera quedado solo allí, pero estaban involucrando a personas completamente inocentes. No sería el único que terminaría sin libertad. Pero nadie podía enterarse de lo que estaba haciendo.

Alpha DamiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora