Capítulo 10

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Capítulo diez

A pesar de que Alex le había pedido a todos que mantuvieran como secreto temporalmente esa información, mi hermano menos había esparcido el rumor entre los más jóvenes de la población. Cada hombre lobo del sector ya lo había escuchado. Y como nadie quiso referirse al tema, para la mayoría de las personas pasó como solo un rumor, aunque otros lo creyeron.

Y mamá castigó a Diego, por supuesto. A nadie le hizo mucha gracia que por él comenzara un caos.

Algunas personas que nunca antes había visto en mi vida –Y Alexander tampoco- Se acercaron con la intención de hacer una amistad, todo esto por conveniencia. Aquellos que sentían rechazo o miedo por figuras de autoridad que tenían algún tipo de lazo con Alex comenzaron a evitarlo por las calles y dejaron de responder sus mensajes. La actitud de todo el mundo cambió. Menos la mía. Nuestras conversaciones casi no tocaban el nuevo tema, las únicas referencias eran de las chicas con las cueles nunca había hablado que ahora le invitaban a salir o de los chicos que lo invitaban a fiestas en sus casas. Según él, había rechazado todas esas cosas.

Fueron dos días así, hasta que finalmente se hizo oficial la noticia y entonces todo el mundo enloqueció. Alex pasaba la mayor cantidad de tiempo posible en mi casa, ya que sabía que era el único lugar que nadie entraría a molestarlo. Mis padres también se portaron diferente con él, mucho más formales y me atrevería a decir que un poco incómodos. Diego se sentía tan avergonzado que lo evitó a toda costa. Thomas fue el único que continuó comportándose normal.

--Les he amenazado con retractarme si continúan intentando ordenarme cosas – Alex comentó cuando nos encontrábamos acostados sobre el césped del patio de mi casa. Desde que Diego había abierto la boca ya no tocábamos ciertos temas a su alrededor. Los padres del ex alpha habían estado demasiado cerca el último tiempo y siempre le decían sugerencias sobre como debía comportarse desde ahora en adelante y las cosas que debía comenzar a hacer como un alpha. Y esto era lo que más estresaba a mi amigo. Parecían estar intentando hacer que la personalidad de su antiguo hijo muerto se convirtiera en la suya.

-- ¿Qué dijeron ahora? – Pregunté.

-- Me han pedido que pase más tiempo entrenando que contigo.

--¿Con esas palabras?

-- No importa, déjalo. Solo debes saber que eso no pasará jamás. Se los he dejado más que claro, junto con algunas otras cosas – Respondió besando mi mejilla.

Pero yo no lo dejé.

-- ¿Sabes que eventualmente nosotros igual dejaremos de pasar tanto tiempo juntos? – Murmuré de mal humor– Tú vas a conocer más personas, mezclarte en un ambiente diferente, conocerás a tu compañera, vas a hacer una linda familia y dejarás de necesitar a tu amiga de infancia – Abrió la boca para protestar pero continué hablando – Pero está bien. Los dos sabemos que pasará.

Solo que no esperaba que fuera tan pronto. Ahora era capaz de ver lo cerca que se encontraba el fin de una hermosa amistad de años. Nos alejaríamos cuando él se integrara con sus deberes de alpha, con los viajes y el papeleo, y finalmente cortaríamos lazos cuando él se emparejara. Y estaba bien con eso. La idea ya llevaba mucho tiempo en mi mente. Me retiraría de su vida con mi orgullo intacto cuando llegara el momento. Me esforzaría por yo hacer mi vida sin él, una vida mundana. Nosotros nos veríamos seguido aunque solo el recuerdos.

--No seas estúpida, eso no pasará – Él contestó. Preferí no continuar con el tema. Cuando era más joven, David una vez me habló sobre lo que podría pasar con nuestra amistad. Que los hombres lobos son capaces de hacer casi cualquier cosa por su pareja. Son capaces de dejar a alguien que antes era importante de lado y eso era lo más común.

Behind the glassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora