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Capítulo 6: Cosas perdidas

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—¿Qué fue lo que pasó, Dyl? Chase irrumpió en mi dormitorio como un desquiciado hace un rato

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—¿Qué fue lo que pasó, Dyl? Chase irrumpió en mi dormitorio como un desquiciado hace un rato. Por un momento pensé que iba a matarme —me preguntó Sawyer desde el otro lado de la línea.

—Joder... ¿está muy cabreado? —Me mordí el labio.

Estaba frustrada. Había tenido la oportunidad perfecta para desquitarme con Patch Junior y de alguna forma, se había logrado librar de la situación, otra vez. Aunque le daba crédito por conseguir distraerme con el tema de los chicos. Tema que continuaba preguntándome cómo rayos sabía. Yo votaba por Becka y su incansable necesidad de meterse en mis asuntos.

—Pues, entró sin tocar, gritando que iba a romper cada hueso del cuerpo del maldito chico que le colgó la llamada, quería saber si me habías hablado de él. Se encontraba a un nivel de cabreo que mi compañero de dormitorio salió huyendo en cuanto lo vio entrar —continuó, con tono preocupado—. ¿Esto se trata de ese chico que me mencionaste antes?

—Sí, y se está convirtiendo en una llaga en el culo —le contesté en un resoplido.

—Dos malteadas grandes de chocolate —intervino Paige, llegando a la mesa y colocando los vasos frente a mí—. Les he puesto extra chispas, parece como si necesitaras una buena inyección de azúcar.

—No tienes ni idea —concordé—. Gracias, Paige.

Le dediqué una sonrisa de gratitud, haciendo un ademán hacia el teléfono en mi oreja. Ella se limitó entonces a devolverme la sonrisa, guiñarme el ojo e irse caminando a otra mesa.

Mikey's era mi especie de templo de tranquilidad entre todo el caos. Un par de malteadas, Matthew y el ambiente serían suficientes para evitar caer en el lugar oscuro donde la Dylan Sensible se encontraba esperándome. Además, la ansiedad después de la discusión con McLaggen me había dado un hambre tremenda.

—¿Es normal que en apenas dos días te haya elegido como su objetivo? —inquirió, irritado—. Dyl... no es normal ese comportamiento, quizá Chase, West y yo deberíamos...

Reprimí una risa.

—Me encantaría que vinieran —lo corté, divertida—, pero esto no lo cuento para que sus instintos de superhéroes se activen, ustedes tienen cosas más importantes que hacer en la universidad. Si puedo manejar a tres idiotas al mismo tiempo, estoy segura de que podré con uno más. Estoy bien.

«Eso último es una gran mentirota, Dylan, ¿desde cuándo estamos mintiendo?».

Desde que ellos tienen cosas más importantes que hacer en la universidad, y no necesitan mierda que yo misma soy capaz de manejar, ¿bien?

Sawyer se echó a reír.

—Tomaré lo de idiota como un cumplido —bromeó—. Sin embargo, los superhéroes idiotas continuaremos estando a tu disposición, Carter, no lo olvides.

—Lo sé —le dije, sonriendo sin poder evitarlo.

—¿Es Dylan? —Se escuchó una voz lejana en la otra línea—. Dame el jodido teléfono.

The Senior Year (Secuela de She is one of the boys) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora