Parte única.

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No es como si Louis estuviera espiando, él cree. Porque espiar sería hipotéticamente estar vestido con una gabardina y unos lentes de sol y un estúpido sombrero y escondido tras un periódico. Él no tiene esas cosas porque las gabardinas le dan calor y son demasiado incómodas, y sus lentes de sol se estropearon la semana pasada, y no tiene un periódico, pero si tiene un libro. Un libro está bien, sí, perfecto y no es como si nadie supiera que las letras se ven borrosas sin sus lentes porque él enserio los necesita, pero él no puede usarlos frente a él.

De hecho, él definitivamente no está espiando. Absolutamente no.

Louis está convencido de que solo ésta echando un escalofriante vistazo, pero de todas formas él puede o no puede estar viendo siempre en la misma dirección. Él está un poco locamente perdido, también.

Como por décima vez en el día (él no las cuenta realmente porque eso sí sería escalofriante) deja vagar sus ojos azules alrededor del patio de juegos hasta llegar a un lugar en especial y parece que puede largar uno de esos suspiros en las películas de amor, pero recuerda que él es un hombre fuerte de veinticuatro años y él no puede suspirar por un chico, por dios santo. Así que solo, bueno, mira.

Su respiración parece querer salir de su pecho cuando lo ve, porque podría querer morir al verlo con su camiseta roja. Él jamás uso una camiseta roja ¿por qué demonios debe usar una justo ahora? Ésta jodidamente mal. Va a jodidamente matarlo un día de estos.

Louis podría o tal vez no podría estar un poco ido por Harry Styles, el maestro de quinto (que en realidad no eran "quinto" sino que eran los ositos así muy adorables y dulces y todo su grupo tenía un pequeño osito en una esquina de sus camisetas mientras que las de Louis tenían pequeños ranitas bastante feas, él realmente podría hablar con la directora sobre su elección de animales para cada sala), desde hace un par de meses cuando el alto hombre rizado había entrado con una sonrisa iluminada y se había presentado como "remplazo al maestro O'donnel en los ositos" Louis había sentido que todo de sí mismo se había vuelto medianamente patético con rodillas tambaleantes y sonrojos torpes pero es que, vamos, ¡él jodidamente había llamado su grupo los ositos ¿cómo no podrían caer por él al instante?!

Obviamente que Harry le había caído bien a todos con su personalidad saltarina y sus ojos encantadores y todo él en realidad, por lo que Louis podría ser el segundo favorito de la sala de profesores. De todas maneras, estaba bien para él si es que competía con Harry y cuando lo había conocido sabía que el rizado solo era uno de los pequeños ángeles que habían caído del cielo por error. Sí, así de tanto.

Harry era muy inteligente, dulce y se sonrojaba cuando Louis lo miraba fijo en algún silencio en cualquier conversación que tuvieran. Toda su atención se centraba en Louis cuando hablaba sobre algo torpe, pasaba su mano por sus rizos cuando reía o estaba nervioso y mordisqueaba sus labios o jugueteaba con ellos entre sus dedos cuando algo sucedía. Louis pensaba que era muy bonito.

El punto es que hoy Harry estaba riendo con sus colegas en una esquina de la gigante cafetería con sus hoyuelos visibles a esa distancia y los brillitos de sus ojos capaces de alumbrar toda la habitación y sus maravillosas manos excesivamente grandes y Louis podría estar un poco muy ido por él.

— ¡Louis! —chillaron en su oído, golpeando sus palmas juntas frente su rostro perdido y haciendo que su gran apreciación de Harry adorable Styles se fuera por la canaleta junto con su libro que cayó al suelo de un golpe sordo. Louis pudo haber pegado un grito de niña mientras que se volteaba. Pudo.

— ¡Tú, maldito hijo de...! —Stan, su mejor amigo, pegó su mano fuertemente a su labio con una sonrisa socarrona.

—No insultos aquí, amigo, hay niños alrededor.

Frogs & Bears || LarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora