006.

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Cuando abrió su ropero supo que no tenía ni idea de que usar.

Normalmente tomaría lo primero de color rosa que viera pero esta vez quería estar de acorde a la ocasión, aunque no tenía ni idea de como era eso. Taehyung apenas le había mandado la hora de la fiesta por mensaje así que no pudo rescatar ni una pista. Tenía miedo de hacer el ridículo por su forma de vestir.

Al final se decidió por usar pantalones negros ajustados más una camisa roja floreada y mocasines de charol. Le hubiese gustado algo mucho más delicado pero al menos todo le quedaba ajustado al cuerpo para que así se viera su figura.

Aplicó delineador y encrespo sus pestañas para concentrar la atención en sus ojos mientras que solo se coloco un humectante en los labios. Apenas alzó la mirada hacia el reloj de su celular se dio cuenta de que ya era hora de salir y el corazón se le acelero.

– Ya estas listo, debes irte –se dijo a si mismo frente al espejo para darse un poco de ánimo.

Tenía bastante miedo, no lo iba a ocultar. Pero Taehyung había sido bueno con el y si lo estaba invitando era por algo, o al menos eso era lo que quería creer. Le tomó al menos unas cinco exhalaciones profundas para poder bajar las escaleras y despedirse de su madre.

– Ya me voy –dice al llegar al último escalón mientras su madre esta viendo algo en la televisión.

– Oh... Entonces si irás.

– Sí.

A pesar de que su madre no había puesto objeciones cuando le pidió permiso para asistir sabía que ella estaba esperando que desistiera por su cuenta. Comprendía que ella estaría preocupada, sobre todo después de el ataque que sufrió.

– ¿Llevas dinero para el taxi? –pregunta la señora Park y Jimin asiente.

– Sí, mamá.

Se había negado a que ella lo llevase, no quería dar a pie a nadie nadie para que se burlase de el y aunque a su progenitora no le fascinaba la idea finalmente aceptó sus motivos. 

– Pásala bien –le desea su madre y Jimin asiente.

– Eso espero. No me esperes despierta.

Salió por la puerta y se dirigió a tomar el autobús.

Cuando llegó a casa de Taehyung podía escuchar la música desde la calle. Tuvo que tocar el timbre más de tres veces a causa de eso y hasta pensó que al chico se le había olvidado que lo había invitado. Pero apenas el rubio abrió la puerta con una sonrisa en el rostro Jimin se sintió mucho más tranquilo.

– ¡Viniste! –chilla Taehyung y lo abraza efusivamente, como lo hizo en la escuela.  

– No me lo hubiese perdido –susurra Jimin.

– Ven pasa, te presentaré a todos.

La casa estaba llena de chicos de la escuela que se le quedaron mirando apenas entro. Jimin bajo la vista como era de costumbre y solo se fijo en seguir a Taehyung a través de la estancia hasta la cocina. Estaba nervioso y asustado, muchas de las personas que estaban ahí alguna vez se habían burlado de él, así que no parecían muy contentos con su presencia y, al parecer, Taehyung ni cuenta se daba de ello.

– ¿Qué bebes, Jimin? –le pregunta cuando llegan a una improvisada barra de tragos.

– No, gracias. No bebo.

– Oh, entonces un refresco, ¿te parece?

– Sí, por favor.

Taehyung le sirve el refresco y justamente en ese momento llega un chico a su lado a hablar con el mientras Jimin se dedica a beber el contenido del vaso.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora