Capítulo 20

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—Mami, no quero ir escuelita — decía mi pequeña Tiara con un puchero mientras sus ojos se llenaban de lagrimas.

—¿Por que no quieres ir mi vida? — le dije tiernamente mientras le peinaba su cabello y le colocaba un moño rosado.

—Senora no gusta — sabía que se refería a su maestra, reí.

—Amor, pero tienes que ir, si no vas abuelito Anto no te comprará más muñecas — la anime.

—Yo quero barbietz — sonrió.

La baje de la cama y la cargue para así ir hacia la cocina y prepararle un aperitivo antes de que se fuera a la guardería.

Mi pequeña Tiara acaba de cumplir 3 hermosos años y hace varios meses entro a la escuelita, como ella le dice, al principio fue muy difícil, lloraba por que no se quería separar de nosotros, con decirles que hasta Elian lloraba cada vez que la dejaba ahí, era muy sentimental mi hombre.

Mientras Tiara comía su manzana y veía sus caricaturas favoritas veía como la ama de llaves limpiaba el desastre de juguetes que Tiara dejaba cada noche.

—Dios Lisa, esta niña es un desastre — camine hacia ella para ayudarla.

—Oh no se preocupe señorita Kasia, así son los niños — habló mientras recogía las muñecas de Tiara y las echaba al cesto de juguetes.

—¡Es hora de irnos bebe! — grité a Tiara y ella refunfuñó enojada.

Horas más tarde me encontraba en el centro comercial acompañada de mi madre, la cual estaba emocionada, ya que mi suegro la había invitado a cenar, hoy era su 2 aniversario de bodas. Me sentía muy feliz por ellos.

—Madre, ya pasamos por más de diez tiendas y no te decides por algún vestido — dije aburrida de tanto caminar.

—Ay hija, sabes que me quiero ver bien para Antoine, necesito el vestido perfecto — habló embobada, Jesus, esta mujer no podía estar más enamorada y ni se diga de mi suegro, eran como una pareja de novios adolescentes.

Después de recorrer por lo menos otras cinco tiendas más al fin mi madre se decidió por un vestido, era muy hermoso y elegante.

Salimos del centro comercial y antes de ir hacia la casa en la que ahora vivían mi madre y mi suegro pasamos por Tiara a su escuelita.

—Abu Tere — habló Tiara desde el asiento trasero — sabes que teno u novo — abrí mis ojos como platos y casi pego un grito.

—¿Como que tienes novio cielo? — dijo mi madre mientras reía.

—Llama Degio — sonreía.

—¿Diego? — ella asintió — ¿y porque es tu novio?

—Da besos escuelita — dijo riendo.

—¡Tiara Riazza! ¿Como que ese niño te da besos? — hable casi gritando.

—Si mama, aquí — señaló su mejilla. Si su padre se entera se encargará de matar a ese niño.

La familia Riazza estaba reunida en el gran jardín de la mansión, celebrando el segundo aniversario de mi madre con mi suegro, Tiara corría mientras su abuelo la perseguía, Kyan estaba sentado a un lado de sus primos y Jilom estaba de romántico con Kathia, así es Jilom había regresado hace ya un año con Kathia, fue un reencuentro hermoso, ahora ella está embarazada y esperan a un niño, el segundo nieto de Antoine.

Unos brazos me rodearon la cintura y me volteé para encontrarme con el amor de mi vida.

—Hola mi amor — dije mientras daba muchos besos por toda su cara.

—Mm que ricos besos — habló riendo.

—Te amo, te amo — canturree mientras le daba un dulce beso en los labios.

—Pero yo te amo más — iba a replicar pero el me cayo con un beso.

Estábamos terminando de cenar, notaba a Elian un poco nervioso, no le di importancia hasta que vi que se levanto de su asiento y miró a toda la familia.

—Familia — llamó la atención de todos — quiero... quiero que escuchen lo que tengo decir — su voz se escuchaba nerviosa, yo tenía el ceño fruncido, no sabia que estaba apunto de hacer.  Entonces el me miró, tomó mi mano y me incito a pararme de mi silla, junto nuestras manos y hablo.

—Mi nena, no sabes lo nervioso que estoy, pero hace mucho tiempo que ansiaba en hacer esto — me miraba a los ojos fijamente mientras una sonrisa salía de sus lindos labios — no se por donde empezar, pero supongo que ya todos saben — miró a la familia — que esta mujer aquí, es la mujer de mi vida, a la cual amo a morir, ella es mi felicidad junto a esa pequeñita — señaló a Tiara, reímos y me miró — mi amor, poder estar contigo es un honor que me ha hecho feliz día tras día, por una casualidad nos conocimos y desde ese entonces nuestros corazones se volvieron inseparables, eres mi felicidad en todo sentido, juntos hemos superado las más complicadas adversidades que se pueden presentar en esta vida. He olvidado el pasado y me siento listo para vivir un futuro lleno de felicidad a tu lado — miró a Tiara que se encontraba en el hombro de mi suegro — Tiara y tu me han hecho el hombre más feliz del mundo, sin ustedes yo sería nada, por eso en nombre de nuestro amor te pido aceptes casarte conmigo — termino, a este punto mis ojos estaban llenos de lágrimas, Elian se arrodilló frente a mi y sacó una pequeña cajita negra aterciopelada la cual contenía el anillo más hermoso jamás visto.

Elian me miraba impaciente, mis palabras no salían de mi boca, vaya momento, estaba en shock, estaba emocionada, así que lo único que pude hacer fue asentir repetidamente

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Elian me miraba impaciente, mis palabras no salían de mi boca, vaya momento, estaba en shock, estaba emocionada, así que lo único que pude hacer fue asentir repetidamente. 

—¿Eso es un si? — dijo Elian riendo.

—Si mi amor, si quiero casarme contigo, quiero estar siempre a tu lado, quiero hacerte feliz hasta la eternidad — hable por fin y entonces el tomo mi mano y puso el hermoso anillo, el cual encajo a la perfección en mi dedo. Entonces todo se volvió celebración, todos empezaron a aplaudir, a felicitarnos, mientras nosotros lo único que podíamos hacer era sonreír ansiados de llegar a casa y poder decirnos todo lo que no pudimos hablar enfrente de la familia y claro, también teníamos que celebrar en la intimidad.

Lo único qué tenemos que hacer en esta vida, es amar con el corazón.

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