7.Traición

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(Damián)

Revisó por segunda vez los resultados de su análisis de sangre y frunció el ceño al no encontrar nada sospechoso. ¿Cómo podía ser que estuviese sano como un roble? Esos resultados debían de estar mal, él no podía estar sano, estaba completamente seguro que Dafne le había pasado alguna enfermedad mortal sino ¿por qué iba a acelerársele el pulso y a sentir ese cosquilleo en el estómago cuando la besó?

Hizo una bola con el papel y lo encestó en la papelera, a lo mejor se lo había hecho demasiado pronto y el virus aún no se había desarrollado; esperaría un par de semanas más y se haría otro chequeo. Se puso en pie y agarró su monopatín, o se daba prisa o llegaría tarde a la universidad, abandonó su habitación y se despidió de su madre.

―Espera cielo, yo te llevo.―le gritó su madre saliendo a toda prisa del dormitorio y sonriéndole con cariño.

Al contrario que su padre, su madre era una persona dulce y muy cariñosa pero eso no le impedía acompañar a la madre de Dafne y Nora a las manifestaciones a favor de los derechos animales. La siguió en silencio y se subieron al coche, era raro que su madre se ofreciese a llevarlo a la universidad así que decidió que lo mejor era no relajarse y mantenerse alerta. Puede que su padre fuese el duro y el de los castigos pero era mejor no enfadar a su madre.

―Cariño, ¿puedes abrir la guantera y sacar mis gafas? ―le pidió señalando la guantera, él asintió y la abrió haciendo que una página de periódico cayese sobre sus piernas.

Reconoció inmediatamente la página de contactos del estúpido periódico de Triz y maldijo a Dafne mentalmente. No era cuestión de blasfemar delante de su madre.

―Lo encontré por casualidad en la calle.―comentó su madre mirándolo de reojo con los ojos azul oscuro que él había heredado, Damián gruñó y arrugó el papel con odio.―Tranquilo no se lo diré a tu padre, no quiero que mande a mi único hijo al ejército. ¿Tan poco dinero te damos de paga que tienes que recurrir a estas cosas?

―¡Mamá esto no es cierto! ¡Yo no hago estas cosas! ¡La culpa es de la maldita Dafne, te lo juro esa chica está mal de la cabeza! ―gritó con enfado y cruzándose de brazos con furia.

De verdad que iba a matar a Dafne, desde que publicó su número de teléfono no había parado de recibir llamadas de personas que solicitaban sus servicios, por dios pero si incluso una vez le preguntaron si estaba dispuesto a actuar en una despedida de solteros. Escuchó a su madre reír y miró hacia ella con la ceja enarcada; si su padre pensaba que Dafne era una maldita santa a su madre las bromas de ese demonio le hacían gracia. ¿¡Pero qué tipo de padres tenía?!

―Esa chica cada vez es más imaginativa.―dijo su madre sin poder parar de sonreír.

―¡No es divertido! ¡Esa mujer es el diablo!―chilló con enfado. ―¡Por su culpa no he parado de recibir llamadas pidiendo presupuestos!

―    Eso quiere decir que eres muy guapo.―alabó su madre con orgullo por lo que rodó los ojos y comenzó a golpear la cabeza contra el salpicadero. ―Por cierto, este sábado os vais de excursión.

―¿Quiénes?―preguntó temiendo que su madre le respondiese que su padre y el padre de Dafne organizaron otra de sus estúpidas salidas. Sin embargo, al ver cómo su madre dibujaba una sonrisita divertida supo que era eso.―¡¿Otra vez?! ¡Pero si ni hace un mes nos fuimos de pesca!

―Creo que esta vez no vais a pescar.―habló su madre tras unos segundos pensativa, él suspiró resignado. ―Tu padre está muy emocionado con la idea, creo que llevan organizándolo desde hace un mes.

―Genial. ―masculló con sarcasmo.

La última vez que sus padres habían planeado algo con antelación; él, Dafne y Nora acabaron ayudando en un ejercicio para entrenar a la policía y a los soldados. El trabajo encomendado por sus padres consistía en hacerse pasar por atracadores de bancos que habían sido rodeados por la policía en el banco y que tenían quince rehenes, bueno, maniquís con cartelitos con nombres y edad.

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora