>9<

908 96 34
                                    

Era perfecto, simplemente perfecto.

El fin de semana de MIna fue un asco ya que estuvo todos esos días con un humor de perros, y para mejorarlo, el lunes tendría que comenzar su castigo.

Debía limpiar los grafitis de los casilleros y los baños de las instalaciones del instituto. Perfecto, era una maravilla. Qué más podía suceder?

Al llegar el lunes a la escuela saludó a sus amigas y pensó que el día podría mejorar cuando comió un rico cupcake de vainilla, pero obviamente no iba a ser así cuando la perra de Im Nayeon apareció por el pasillo, tomada de la mano de su novio.

Mina prácticamente rechinó los dientes al verlos pasar. Nayeon llevaba su uniforme de porrista y Mark una camiseta sin mangas junto con un pantalón holgado. Para desgracia de la pelirroja, los dos lucían bien juntos.

--Fenómeno-- se burló al pasar junto a ella.

--Perra-- devolvió Mina, captando la pequeña sombra asesina que había en los ojos chocolate.

Un chico de primero que salía corriendo hacia una clase pasó junto a ellos y Mark lo hizo caer. Nayeon comenzó a reírse de él, animando a los demás esrudiantes del pasillo a burlarse también.

El pequeño niño se fue corriendo. Mina suspiró. Parecía que cada año Nayeon empeoraba más.

--Cada año es más zorra-- comentó Sana y Mina por un momento pensó que le había leído la mente.

Después de clases y de haber cumplido su asqueroso castigo, decidió ir a la biblioteca. Pensaba que se encontraría a la morena allí, pero no fue así.

Se sentó en la misma mesa de siempre, observando con decepción la mesa del fondo vacía. De alguna manera se sentía sola y terminó sin estudiar realmente, sólo mirando hacia el techo.

Fue hasta las estanterías y comenzó a buscar un libro, no tenía ni idea de cual quería encontrar pero sería alguno que le hiciera olvidar su asqueroso día.

Terminó leyendo uno de Stephen King y prácticamente le ocupó toda la hora. Al terminar, lo guardó en su sitió y cogió otro diferente. Fue hasta la pequeña sala de estar, en la biblioteca tenían una en la cual habían dos pequeños sillones de dos plazas, con una mesa cuadrada en el centro.

Se recostó en uno de los sillones, intentando leer su libro de biología, y los párpados comenzaron a parecerle pesados. Antes de darse cuenta, cayó dormida.

Después de un rato comenzó a sentir como alguien le acariciaba el rostro y apartaba un mechón de cabello de su frente cuidadosamente, temiendo despertarla, provocando que Mina arrugara la nariz.

Casi de inmediato, sintió la pérdida de la cálida mano en su rostro cuando ésta se alejó rápidamente. Mina comenzó a parpadear y a restregarse los ojos, intentando quitar el sueño.

Escuchó unos pasos apresurados y un golpe. Al abrir los ojos se encontró a Nayeon, con los ojos abiertos y parecía haber tropezado con el borde de la mesa y se había caído, sentada.

Nayeon la observaba con una mezcla de horror y miedo. Sus mejillas estaban rojas pero, muy pronto para su gusto, recuperó la mirada irritada que la caracterizaba.

--Qué tanto miras?-- preguntó levantándose y sacudiendo su falda, llevaba una chaqueta de cuero encima y a Mina le molestaba saber a quién le pertenecía.

--La pregunta es, qué haces tu aquí?-- dijo muy a la defensiva y rascándose el cuello, había estado teniendo un lindo sueño hasta que la despertó.

--Yo iba a buscar un libro y justamente lo tienes tu. Intentaba tomarlo mientras dormías *Si, si, muy creíble Nabong, MUY creíble*-- explicó, señalando el tomo de biología y el de Charles Dickens que había bajo su brazo. Mina la miró muy sorprendida.

Rivales &gt;&gt; Minayeon (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora