Capítulo 31 | Parte 1.

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Capítulo 31

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Capítulo 31.

Me sentía intrigada y a la vez muy emocionada por ver el obsequio que Adrián me había regalado.

Estaba frente a la puerta de mi habitación, buscando en mi bolso la tarjeta electrónica para poder abrir.

Al encontrarla entre las cosas que yacían en mi bolso, la deslicé y abrí con una pequeña felicidad que sentía en el fondo.

Al entrar a mi habitación, me sorprendió ver a Gloria dormida en la cama, sin haber apartado las sábanas que la vestían.

¿Se habrá quedado dormida esperándome?

Era mejor no molestarla. Probablemente, estaba agotada con todo lo que podía imaginar que había pasado en su vida personal y profesional. Decidí caminar sigilosamente y sin hacer el menor ruido. Coloqué el obsequio sobre la pequeña mesa de noche, donde mayormente dejaba mi teléfono.

Mientras caminaba de puntillas, me dirigí hacia el baño, buscando entre mis cosas un pañuelo y crema para quitarme el maquillaje. Cuando encontré ambas cosas, las coloqué encima del lavabo y me hice una coleta en el cabello con una pequeña goma elástica.

Al verme en el espejo, notaba mi expresión diferente y mis ojos brillaban más a menudo.

Estaba ansiosa por saber qué Adrián me había obsequiado. Por su expresión, pude notar que se lo tomó muy en serio. Sin embargo, escuché que alguien tocó la puerta.

«¿En algún momento dejarían de hacerlo? Carajo».

No pasaron ni cinco segundos, cuando volvieron a tocar la puerta con más ímpetu. Pude escuchar a Gloria balbucear alguna que otra palabra. Caminé con firmeza al salir del baño.

—¿Quién es? —pregunté fríamente.

—¿Quién más, mi reina? —reconocí la voz de Kenneth.

—Un segundo.

Veo a Gloria removerse en la cama con pesadez. ¿Qué diablos le sucede?

- Yo... no jodas así. - Balbuceó un par de palabras. - Aprobaré...

Estaba soñando casi despierta. No puedo creer que hasta en sus sueños discuta con Dr. DD.

Sí, me había inventado otro de los tantos nombres, pero ese le queda tal cuál. Ya puedo imaginar su cara cuando me escuche llamarlo y pronunciar "doctor di di."

Traté de abrir la puerta sigilosamente, pero Kenneth entró sumamente escandaloso y alborotado.

—Mi reina, esperé una eternidad para que me abrieras la puerta —me dijo al pasar—. Estaba llegando a pensar que no me abrirías.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Where stories live. Discover now