Adredalina.

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"Seguía gritando con todas mis fuerzas pero algo me impedía emitir sonido alguno. De pronto sentí como caía sobre una superfície blanda y cálida. Me puse en pie e intenté caminar entre la negra espesura. Me paré en seco cuando vi una luz en un punto no muy lejano a mí. Debatía entre si ir hacia ella o en dirección contraria. ¿Significaba ésto que estaba en el transcurso de muerte?

La luz empezó a avanzar hacia mí a lo que yo empecé a correr en dirección contraria. Giré mi rostro para observar donde se encontraba la luz y mi respiración aumentó cuando me di cuenta de que se acercaba a una velocidad extrema hacia mí mientras que se escuchaba una débil risa la cual me debilitaba cada vez más haciendo que mis piernas empezasen a parar.

Ésto era tan parecido al sueño del bosque... Tal vez ésto era la continuación o tal vez realmente estaba muriendo. Delante de mí aparecieron dos puntos de luz roja la cual se iba moviendo de arriba abajo. Corrí hacia esos dos puntos sin saber el motivo por el cual lo hacía. Choqué brutalmente con una especia de cristal haciendome caer. Giré mi rostro de nuevo y ya era demasiado tarde... La luz estaba detrás mío".

Me desperté sobresaltada y con la respiración agitada. Me senté en mi cama y pasé mis manos por mi cara retirando la fina capa de sudor que la envolvía. Escaneé la habitación y mi corazón se detuvo por un instante cuando vi a un hombre de espaldas. Llevaba una chaqueta de cuero negra y unos pantalones negros que se ajustaban perfectamente a esas piernas que reconocería en cualquier sitio. Si de algo estaba segura era de que Harry casi me mata de un susto. El se giró hacia mí y mi atención se dirigió al gorrito de lana verde que adornaba su cabeza y le hacía verse aun más atractivo de lo que era. Me levanté de la cama y me dirigí al armario sin decirle nada a él. Cogí toda la ropa que necesitaba entre ella, unos pantalones negros ajustados y una camisa suelta con la bandera británica y me dirigí a la puerta del baño pasando cerca de él, aspirando su aroma varonil.

Después de haberme duchado me sentía más fresca y por alguna razón el sueño o más bien pesadilla anterior había desaparecido de mi mente. Harry seguía en el cuarto, esta vez sentado sobre mi cama la cual estaba hecha. Sonreí ante la idea de él haciendo la cama. 

Me terminé de secar el cabello y maquillar antes de girarme hacia el chico ojiverde para decirle que ta estaba lista. Giré sobre mis talones y me lo encontré a escasos centímetros de mí, con su mirada clavada en el rostro haciéndome sentir pequeña e intimidada.

"¿No piensas dirigirme la palabra?" preguntó con su característica ronca voz.

"Estoy lista" dije separándome a lo que él agarró mi muñeca y me atrajo a él, cerrando la distáncia que había de por medio.

Nuestros labios se volvieron a ajuntar como en ocasiones en anteriores y por instinto atraje mis manos hacia su cabeza para así enredar mis dedos en sus rulos. Sus manos se encontraban en mi cintura haciendo que no me alejase de él. Nuestras lenguas batallaban en una pelea en la cual no buscábamos ni vencedor ni perdedor. Varias sensaciones me invadían, entre ellas majoritáriamente la alegría. Cuando no quedaba más oxigeno de por medio el se separó, succionando mi labio inferior. Este chico siempre acababa sorprendiendome.

Agarré mi mano seguido de que él entrelazase nuestro dedos, amaba que hiciese aquello, y salimos de la habitación. Estábamos en el pasillo, ahora lo más difícil sería salir sin que los vigilantes se enterasen. Caminamos por el pasillo sin encontrarnos a nadie.

"Ésto es fácil" dijo Harry.

"¡Bocazas!" dije al ver como una silueta se acercaba a nosotros.

Harry me agarró por los hombros y me metió en el cuarto de la limpieza el cual se encontraba a nuestra derecha. El cuarto era realmente pequeño, a penas podíamos movernos en aquel reducido espacio y para colmo estaba a oscuras. Sentía la respiración de Harry sobre la parte delanetera mi cuello. Estábamos solos, completamente solos en un cuarto diminuto y oscuro.

"Dos adolescentes en un cuarto oscuro no son buena combinación" dijo con la voz más ronca de lo normal.

Con mis manos palpé su rostro para saber donde se encontraban las respectivas partes. Cuando tuve mis manos sobre sus mejillas me acerqué sin pensarlo y sellé nuestros labios en un beso. Simplemente un beso, sin batalla de lenguas ni movimientos.

"Creo que deberíamos salir ya" dijo cuando me separé a lo que asentí avergonzada.

Si no fuese por la oscuridad él ya se habría 'percatado de que mi cara empezaba a coger color. No sabía porque le había besado, una parte de mí por no decir el 100% de mí deseaba besarlo, sentir otra vez aquellos finos y rosados labios sobre los míos. Cada vez que lo hacía sentía que el mundo se detenía, y que eramos nosotros dos contra el mundo.

Ahuyenté aquellos pensamientos de mi mente, no podía estar enamorándome de él, simplemente no podía. Él era hombre de una sola noche y eso era algo por lo que no quería pasar, ser una chica más. Salimos del cuarto y caminamos rápidamente hacia la cafetería para salir por al puerta que daba al patio. Al entrar a la cafetería había una mujer muy corpulenta detrás de la vitrina. Nos pusimos a cuatro patas y empezamos a gatear por el lado contrario de la vitrina. Daba las gracias a las de la limpieza por mantener el suelo limpio.

Quedaban a penas dos metros cuando sentí un pellizco en el trasero, me paré y giré mi rostro para encontrarme a Harry con una gran sonrisa en el rostro. Le fulminé con la mirada y negué lentamente mientras articulaba la palabra "cerdo" silenciosamente.  Al fin llegamos a la puerta y la abrimos lentamente antes de salir por ella y empezar a correr hasta la gran valla que nos separaba del exterior. Harry miró hacia arriba, posó su mirada en mí y sonrió aún más ampliamente haciendo que sus hoyuelos se marcasen más de lo normal.

"Ésto será divertido" yo le miré con confusión y hicé una "o" pequeña con mi boca.

"Deja de mover tus labios de esas maneras si no quieres saber donde se verían bien"

Rodée los ojos, ¿porqué tenía que ser tan cerdo? Empezó a escalar la valla y yo me quedé mirándole atónita una vez que llegó arriba y saltó al otro lado, siendo libre de una vez. 

"¿Dónde me he metido?" le pregunté.

Coloqué mi pie entre las barras y empecé a subir, me alegré por no haberme puesto tacones. Una vez llegué arriba coloqué mi pierna derecha al otro lado de la valla, ahora una parte de mí era libre y la otra prisionera. MIré el internado antes de pasar definitivamente al otro lado cuando vi dos siluetas acercándose corriendo hacia nosotros.

"Ese es el hijo de puta de Max" murmuró Harry. "Rápido Jess, no tenemos tiempo joder" 

Al oir sus palabras me puse nerviosa, incluso más de lo normal. Un movimiento torpe bastó para sentir como caía desde aquella elevada altura, cerré los ojos mientras que me esperaba lo peor cuando sentí como aterrizaba en una superfície blanda, igual que la del sueño que tuve minutos atrás. Abrí los ojos y me encontré con la intensa mirada verde de Harry, él me bajo al suelo, agarro mi mano y empezó a correr. Segundos después mis piernas empezaron a reaccionar.

"¡Volved aquí niñatos, volved!" se escuchaba al conserje gritar, cada vez que nos alejábamos su voz iba perdiendo más intensidad.

Harry y yo seguimos corriendo hasta llegar a su reluciente coche negro, pulsó el botón de las llaves, y entramos al coche. Por el espejo retrovisor divisé a Max y al conserje corriendo hacia nosotros, al parecer no iban a dejar irnos.

"El cinturón nena" dijo Harry antes de hacer rugir el motor.

Obedecí su orden dirigiendo mis manos temblorosas al cinturón de hecho no era por miedo, si no que era por como me sentía en ese momento después de haber escapado, lo único que corría por mis venas en estos momentos era la adredalina.

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Danger |HS| (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora