010.

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Jimin pasó la mano por su cabello, estaba muy nervioso.

Ese día se levanto mucho más temprano de lo normal. Le tomo al menos una hora escoger su atuendo el cual termino siendo una camisa celeste más un jeans blancos y bototos rosas que su madre le había regalado por su cumpleaños. Si hubiese contado las veces que se miró al espejo le hubiesen faltado dedos.

Peino su cabello para que quedara uniforme, maquillo sus ojos con sombra morada que combinaba a la perfección con su tinte y lavo sus dientes unas tres veces antes de dirigirse a la escuela.

Había pasado un fin de semana entero desde la fiesta a la que fue invitado por Taehyung y Jimin aún no podía creer que había estado conversando con Jungkook por horas.

Claro, después de que casi se ganara una paliza de su parte.

Jimin había estado pensando durante dos días seguidos las mil y una cosas que pudo haber dicho cuando tuvo la oportunidad. La verdad era que los nervios le habían ganado esa vez, se había comportado de la forma más tímida imaginable.

Pero hoy era un nuevo día. Era lunes y eso significaba que vería a Jungkook en el gimnasio cuando las clases terminasen.

No es que estuviese emocionado por el aprender a defenderse, a el no le venía la violencia en si, pero el hecho de tener una excusa para acercarse nuevamente a Jungkook le bastaba.

Por eso se había esmerado tanto en arreglarse, esperaba que el chico tatuado notara el esfuerzo que había puesto en verse lindo. Aunque no se tratase de una cita a Jimin le gustaba que lo viesen de forma impecable siempre.

Así que así se fue a la escuela, con el corazón acelerado y miles de escenarios creados en su mente.

Lo que no le agradaba del asunto era que estaba tan emocionado que el día se le estaba haciendo eterno, como si las clases se hubiesen puesto mucho más tediosas y los profesores hubieran decido hacer todo a velocidad tortuga.

Jimin estaba perdido en sus pensamientos, tampoco era como si pudiese hacer otras cosas. No tenía algún amigo con quien hablar o contarle de su día día y aunque ya estaba acostumbrado a eso, a veces, en medio de su mente divagando empezaba a añorar aquel contacto.

Quizá ahora Jungkook cumpliría esa función.

El día siguió tan lento como se esperaba. De vez en cuando Jimin alzaba su cabeza en el pasillo, para ver si se topaba con el semblante serio de Jungkook y así pudiese confirmar que su propuesta seguía en pie. Pero por más que espero no pudo toparse con el chico en ningún momento.

Cabizbajo tomo las últimas clases que le quedaban y un sentimiento de incertidumbre comenzó a llenar su cuerpo. Había pasado todo el día en una nube pero eso no quitaba el hecho de que las cosas habían estado demasiado calmadas para el.

En un día normal Jimin podía recibir más de un insulto de parte de sus compañeros y jamás faltaba la broma pesada sobre el durante las clases. Así que el hecho de que nada de eso hubiese pasado en horas lo inquietaba.

Cuando la clase de matemáticas termino y salió al pasillo creyó que su buena racha había terminado porque se topó de golpe con dos chicos de cursos mayores que siempre se encargaban de humillarlo apenas lo veían. Jimin sabía que todo había sido muy bueno para ser verdad y debía volver a su rutina de cada día.

Pero cuando se topó con ellos ocurrió algo muy extraño que lo dejo aún más confundido. Los chicos lo miraron de pies a cabeza  sin decir nada, pasaron de su presencia para seguir caminando por el pasillo, casi como si Jimin no existiese.

Ok, eso era muy extraño.

Y si hubiese quedado ahí reflexionando o tratando de buscar una explicación pero el último timbre había sonado lo que significaba que había llegado la hora de ver a Jungkook.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora