24: Feliz cumpleaños, Escorpio

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—H-hola, buenos, buenos días— él saluda nervioso evitándo mirar a la chica, es muy linda y lo pone nervioso—. Vengo a buscar a-

—¿Quién es?—lo interrumpe Escorpio acercándose a la puerta. Cuando mira a Cáncer no puede evitar fruncir el ceño confundido—. ¿Cáncer? ¿Qué haces aquí?

—Oh, ¿es amigo tuyo?—la chica sonríe en grande y se hace a un lado para regresar la mirada a Cáncer y tomarlo del brazo—. ¡Pasa, pasa!

Cáncer busca con la mirada la aprobación de Escorpio para entrar y él asiente sin opción. Al entrar la chica lo guía hasta la cómoda sala dónde Escorpio los sigue. Ella suelta a Cáncer y le sonríe con complicidad.

—Sientete cómodo Cáncer y no dejes que te diga algo malo, últimamente está muy gruñón— ella hace un puchero para después alejarse de ahí.

Cuando la hermana de Escorpio se desaparece de la sala Cáncer se gira a mirar al ojiazul quien sólo se rasca la nuca incómodo.

—¿Qué haces aquí?—le pregunta  al parecer molesto por su presencia.

—Yo...vine a traerte un pastel—deja la caja en la mesa de centro muy nervioso.

—¿Un pastel?—Escorpio lo mira curioso y con cierta emoción—. ¿Lo hiciste tú? ¿Para mí especialmente?

Cáncer asiente y Escorpio sonríe, pero esa sonrisa se borra en segundos al  recuerdar que no tiene que caer de nuevo. Ya se había propuesto a olvidar lo que siente por ese chico.

—Gracias— dice secamente sentándose en el sofá con los brazos sobre el respaldo mirando hacia la televisión.

Cáncer no sabe que decir, sólo se dedica a mirar a Escorpio mientras juega con sus dedos. Escorpio sólo lo ignora por unos segundos  esperando a que éste se vaya. Cuando mira que no lo hace voltea a verlo.

—¿Algo más?

Cáncer aprieta los labios y baja la mirada, la actitud del chico comienza a hacerlo sentir mal.

—Se lo que sientes por mí, Piscis me lo dijo—suelta de golpe, no de la manera en la que esperaba, pero ya lo ha dicho.

El mayor sólo lo mira sorprendido hasta que regresa su mirada a la televisión.

—Y yo también, directa e indirectamente—le contesta después de varios segundos.

— Lo siento—él baja la mirada—. Nunca he sido bueno en esas cosas.

—Lo sé—Escorpio se rasca la nuca haciendo un gesto—. Sabes creo que es mejor que te vayas a casa con los demás. Gracias por el pastel— le sonríe ligeramente.

—No quiero irme aún— él niega.

—Cáncer—Escorpio aprieta los puños junto con los labios—. Mis padres no están, mi hermana está en su habitación y estamos los dos solos con mi habitación a dos metros de aquí, ¿en serio no sabes leer el ambiente?

—Si lo sé— Cáncer asiente nervioso y el otro chico lo mira con atención—. No sé nada de esas cosas, pero...me siento muy solo, por favor vuelve.

El mayor sólo se queda en silencio con su cabeza hecha un lío, apenas le está poniendo orden como para que Cáncer decida ir por él.

«No es suficiente, Cáncer sigue sin entender.»

—Volveré pero con una condición.

—¿En serio? ¿Cuál es?—sus mirada se ilumina.

Escorpio se levanta y agarra al menor de la mano para arrastrarlo a su habitación. Lo empuja hacia a su cama y escala hasta encontrarse con el rostro nervioso del castaño.

La casa del Zodiaco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora