Capítulo 10: Conversación en el baño

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Nayeon se levantó rápidamente de la cama y siguió a Mina al baño. Antes de que la japonesa cerrase la puerta ella se coló y cerró la puerta del baño con pestillo.

- ¿Qué haces? - preguntó Mina.

- Quiero hablar contigo en privado - respondió Nayeon.

Mina se asustó un poco. En muy escasas ocasiones había visto a Nayeon tan seria como en ese momento estaba.

- ¿Y por qué no en otro momento? Quiero hacer pis a gusto.

La mayor negó con la cabeza y le explicó.

- En una casa de nueve personas es muy difícil tener privacidad para hablar de algo sin levantar sospechas, esta es la mejor situación. Las demás están en la cocina o dormidas así que no se van a dar cuenta.

- Vale - accedió Mina - pero date la vuelta que quiero mear.

Nayeon la obedeció y miró hacia la puerta en vez de mirar a Mina. La japonesa hacía todo lo posible por no mirar la espalda de Nayeon. Sentía calor al pensar que debajo de ese pijama no había ni un cacho de tela más.

- ¿Qué quieres?

- Anoche te noté distante, ¿te ocurre algo conmigo?

- Nada - contestó secamente Mina.

- Mina... Si tienes algún problema conmigo tenemos que hablarlo, no quiero que afecte a TWICE ni a ONCE.

- En serio - dijo con firmeza - no me pasa nada.

Nayeon se hartó de la actitud de Mina. Estaba claro que algo la pasaba con ells y ésta quería averiguar que era y arreglarlo. No era normal que un día estuvieran bailando pegadas y no se diesen cuenta de lo que sucedía alrededor y al día siguiente no le dijese ni hola.

Cuando la mayor oyó la cisterna del baño que indicaba que la japonesa había acabado, se giró y se acercó amenazante a la otra chica. Por un momento Mina tuvo miedo.

- No me mientas Mina - la advirtió Nayeon. - Siempre hay que ir con la verdad por delante.

Mina soltó una carcajada sarcástica. Nayeon no era precisamente la persona más transparente del grupo. Sin ir más lejos, la mayoría de ellas desconocía su orientación sexual.

- Nayeon, tú no eres el mejor ejemplo en ese sentido.

- ¿A qué te refieres? - preguntó la coreana enfadada y cruzándose de brazos.

- A que te gustan las chicas - soltó Mina.

Nayeon abrió mucho los ojos y la boca. No se podría creer que Mina, precisamente la chica que le gustaba, se había enterado de que era homosexual, aquello si que era tener mala suerte.

- ¿Có-cómo lo sabes? - consiguió preguntar.

- Eso no importa - concluyó Mina.

No estaba dispuesta a confesarle a Nayeon que había estado espiándola a ella, Jungyeon y Jihyo el día de la fiesta cuando estuvieron hablando de sus cosas.

-¡Claro que importa! - gritó Nayeon enfadada. - ¿Quién más lo sabe?

- Nadie, sólo yo - la aseguró.

Nayeon no sabía si creerla, podría estar mintiendo, pero decidió confiar en ella. Su corazón mandaba y en él no cabía la posibilidad de que Mina la estuviera mintiendo.

De repente, las dos chicas oyeron varios golpes que las llamaban.

- ¡Dejadme entrar!- les pidió Sana.

- Enseguida - contestó rápidamente su compatriota.

- No hemos terminado - dijo Nayeon en un tono amenazante.

- Yo sí - dijo Mina caminando hacia la puerta.

- Pero yo no - replicó la mayor agarrando el brazo de la otra chica e impidiéndole avanzar.

- Déjame salir - gruñó Mina.

Su paciencia estaba comenzando a desaparecer y con ella la buena y cuerda Mina.

Oyeron varios pasos alejándose del baño, seguramente era Sana corriendo por el pasillo buscando a Jihyo para que las hiciera salir.

- Antes prométeme que me guardaras el secreto.

Mina suspiró. Se sintió decepcionada porque Nayeon pensase que iba a exponerla de esa manera ante otra persona.

- Te lo prometo

Mina se soltó del agarre.

En lo que abría el pestillo oyó como llamaban de nuevo a la puerta y gritaban sus nombres. Era Jihyo reclamando que salieran.

La japonesa abrió la puerta y se escabulló como un rayo de allí en la dirección de la cocina.

Sana entró en el baño y cerró la puerta una vez que Nayeon salió.

La líder y la mayor se quedaron en el pasillo con los ojos puestos en la otra. La mirada de Jihyo era severa y recriminadora. Nayeon le expresaba lo arrepentida que estaba de lo que había sucedido.

- Luego tú y yo tenemos que hablar - susurró Jihyo de forma amenazante.

Nayeon asintió.

Las dos chicas llegaron a la cocina donde estaban el resto de miembros, sólo faltaba Sana que estaba en el baño.

Se sentaron en dos de los tres sitios que quedaban libres en la mesa. Nayeon se sentó lo más lejos que pudo de Mina, quien ni siquiera la miraba, y Jihyo se sentó justo en frente de Tzuyu. Ésta se preocupó al ver la tristeza en el rostro de su novia.

La lluvia no podía con su sonrisa, pero los problemas de sus amigas dentro de TWICE eran demoledores.

Ninguna más se dio cuenta de lo que sucedía, estaban distraídas hablando entre ellas.

- ¿Dónde está Sana? - preguntó Momo impaciente.

Quería empezar a desayunar de una vez, pero sin las nueve en la mesa no podían. Era una estricta norma de la casa.

- En el baño - contestó Jihyo.

- ¡Pero si hace media hora que nos dijo que se iba al baño! - protestó Momo.

Nayeon sintió la mirada de la líder clavarse en ella. Sabía que tenía la culpa si sus compañeras empezaban a sospechar.

- ¡Ya estoy! - gritó Sana corriendo hacia la cocina.

- ¿Por qué has tardado tanto? - preguntó Dahyun.

Sana miró a Jihyo y a Mina y ambas le pidieron con la mirada que se inventase alguna excusa. No entendió muy bien porqué pero así lo hizo.

- Había cola.

Sana se sentó en el único sitio libre que quedaba y pudieron comenzar a desayunar tranquilamente.

Jihyo y Tzuyu no dejaban de lanzarse miradas y sonrisas, mientras que pasaban desapercibidas por las personas que tenían a su alrededor.

Quiero agradecer a todos los lectores por leer, pero en especial a quienes votan y comentan. Me hace muy feliz ver que esta historia les está gustando y leer lo que ponéis en los comentarios.

Nunca pensé que llegaríamos a los 1.000 leídos tan pronto, es increíble. Millones de gracias. Ojalá disfrutéis de esta historia hasta el final.

Deeply In Love ||Minayeon Y Jitzu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora