Sara; La melliza de Ron Weasley.

9. Snape no es Gay

Cuando llegó el mes de noviembre, todo se hizo más frío. Tenía que envolverme en gruesos sweaters y bufandas que me hacían ver como una bolita pequeña graciosa que sólo atraían burlas de mis hermanos. 

Por las ventanas de arriba se veía a Hagrid descongelando las escobas en el campo de quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel de topo, guantes  enormes botas.

 El sábado comenzaría la temporada de quidditch.  Harry jugaría su primer partido, después de semanas de entrenamiento: Gryffindor contra Slytherin, y todos estaban más animados de costumbre. Nadie había visto jugar a Harry por que se supone que era un secreto, uno que no duró mucho cuando la noticia de que sería el buscador del equipo de Gryffindor se filtro.

Ahora con Hermione entre nosotros todo era más fácil, los chicos terminaban más rápido sus deberes, también la otra noche tuve que prestarle un libro a Harry que no dejaba de quejarse por como lo haría en su primer partido. Así que le di Quidditch a través de los tiempos, que resultó ser un libro muy interesante, que había encontrado en la biblioteca junto a Hermione, quedando perfecto para la situación.

Según Harry y Ron, Hermione se había vuelto un poco más flexible en lo que se refería a quebrantar las reglas, desde esa vez que fuimos salvadas del monstruo, y que eramucho más agradable, aun que para mi ya lo era.

 El día anterior al primer partido de Harry los cuatro estábamos fuera, en el patio helado, donde hace poco me estaba congelando, de no ser por la bufanda que Harry me había, dado durante un recreo, Hermione había hecho aparecer un brillante fuego azul, que habíamos metido en un frasco de mermelada. 

Nos encontrábamos de espaldas al fuego para calentarnos, turnando el frasco para cargarlo, cuando Snape cruzó el patio. De inmediato, Harry menciono que Snape cojeaba. Nos alertamos cuando miramos que venía a nosotros, escondimos torpemente el fransquito para tapar el fuego, ya que aún no estábamos seguros de que aquello estuviera permitido. 

Por desgracia, no eramos tan buenos ocultando cosas, mucho menos Ron quien parecía moverse mucho, nuestros rostros culpables hizo detener a Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna parecía no haber visto el fuego, pero como siempre parecía buscar una razón para regañarnos

nos miro uno por uno pero pareció concentrarse en Harry a quien fue que atacó

 —¿Qué tienes ahí, Potter? —Era el libro sobre quidditch. Harry se lo enseñó

 —Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio —dijo Snape— Dámelo, cinco puntos menos para Gryffindor

 —Seguro que se ha inventado esa regla —murmuró Harry con furia,mientras Snape se alejaba cojeando

— Me pregunto qué le pasa en la pierna  — pregunté 

 —No sé, pero espero que le duela mucho —dijo Ron con amargura.   

...

  En la sala común de Gryffindor había mucho ruido aquella noche. Estábamos sentados juntos, cerca de la ventana. 

Hermione estaba revisando una vez más los deberes de Harry y Ron sobre Encantamientos. Mientras yo jugaba con Morfeo, mi gato, a quien no le había prestado atención desde hace algunos días. Era entretenido ver a Herms revisar la tarea de los chicos, ella era más estricta y nunca los dejaba copiar ni muchos menos que yo les ayudará de más, casi siempre recibía un "Casi la estas haciendo tú"   de parte de la castaña y luego un "¿cómo van a aprender?" para los chicos, ella era la que revisaba los trabajos y les explicaba las respuestas correctas a Ron y a mi me había tocado a revisar las de Harry pero como Harry y yo ya habíamos terminado, Hermione sin nada que hacer las volvió a revisar otra vez. Eramos un gran equipo.