Capítulo 13: "Nervios".

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-Amor ¿que pasa?.-Dijo James entrando al baño junto a mi.

-James, tengo miedo. ¿Que haremos cuando la rutina nos afecte?.

-Amor, yo me encargaré de que eso no suceda.-Puso sus manos en mi cintura.

-¿Me lo prometes?.-Sonreí de lado.

-Te lo prometo mi vida.-Pegó mi cuerpo mas al suyo y me besó tierna y delicadamente.-Ahora vamos a dormir ¿si?.

Solo me limité a asentir. Tomé la mano de James y nos fuimos nuevamente a la cama.

Nos habíamos quedado casi una semana en Amsterdam pero debíamos volver a la realidad.
James tenía demasiado trabajo y yo tenía unos examenes dentro de poco.

Ahora me encontraba en la casa de mis padres, con James quedamos en que cada uno le diría a su familia que nos casaríamos pero por separado ya que no sabíamos como reaccionarían y eso sería bastante incomodo.

Yo había subido a mi cuarto mientras esperabamos a mis amigas ya que la cena estaba casi lista y debían estar por llegar.

Claramente estaba nerviosa ya que no hallaba la forma de decirles a mis padres que me casaría.
Con mis amigas era totalmente distinto ya que de la forma en que les dijera ellas me apoyarían. Eso lo tenía claro.

-¡Papá, mamá me caso!.-No, no así les da un ataque.

Estaba ensayando de distintas maneras como les daría la noticia.

Tengo que estar mas tranquila, mas reflexiba.

-Verán he decidido casarme.-Dije en un tono despreocupado pero se escuchaba demasiado frío.

¿y si pruebo algo mas informal?...

-Vamos papá las cosas han cambiado muchos examenes de lengua se asemejan a los de filosofía. ¡Ah me caso con James!.-Definitivamente No sirve.

Seguí pensando la forma pero nada se me ocurría, estaba en blanco.

En eso sonó el timbre y me sacó de mis pensamientos.

-Ánimo _____ ya estan aquí, saldrá todo bien.-Me dije a mi misma dándome ánimos antes de salir por la puerta de mi pieza a recibir a mis amigas.

*Narra James*

Luego de conducir varios minutos había llegado a la casa de mis padres, llevaba meses sin visitar esta casa.
Me daba una sensación acogedora y eso me daba ánimo, asi que decidí por fin bajar del auto, iba decidido y feliz por el gran paso que estaba por dar.

Ya estaba parado frente a esa enorme puerta y sin pensarlo dos veces toqué el timbre solo una vez, luego volví a mi puesto mientras veía el suelo y jugaba con mis manos.

Perdona pero quiero casarme contigo (James Maslow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora