Capítulo 28 🌙

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Arianne

Quizás fue una pésima idea, pero siento pena por ella. Oírla rogarle a mi compañero de esa forma tan humillante me hizo pensar dos veces. Lo más sensato es permitir que venga y demostrarle que no me afecta. Asher le ha dejado claro que la ve como una amiga y es todo lo que me importa. Además, tengo fuertes sospechas con las cosas que me ha dicho Ashton y su actitud agresiva al verme cerca de Asher. No diré nada hasta estar segura, pero Julianne es sospechosa.

Estamos a tres mil metros de altura en los cielos y dedico mi tiempo a leer mientras dura el viaje. El libro sobre druidas que le robé a mamá es realmente interesante. Habla sobre la tradición celta y dioses, pero mi parte favorita son las mujeres. Eran guerreras que mataron a cualquiera que amenazaban con sus vidas. Protectoras, valientes y letales.

La mayoría de ellas eran sanadoras, hechiceras, expertas en el arte de la magia y la curación. Sobrevivieron a grandes catástrofes e hicieron temblar a miles de hombres. Todo lo que aspiro ser. Mi madre era una druida, mi padre un licántropo y mi abuela es un demonio. ¿Eso en qué me convierte? ¿Una mezcla de los tres?

—Hay una habitación dónde puedes descansar —dice Asher —. No dudes en decirme si tienes sueño.

Le tienda una sonrisa.

—¿Sí? Será un largo viaje y una cama cómoda no estaría mal.

Veo a Andrew y Axel hablar con la azafata. Ashton está cerca de la ventana y escucha música por medio de sus auriculares. El jet es lujoso con todas las comodidades necesarias. Y, para mi suerte, los asientos no están cerca. Hay ocho en total. Dos por cuatro filas. No tengo que sentarme cerca de Julianne.

La azafata escoge ese momento para acercarse. Es preciosa y ahora entiendo porque Axel y Andrew quieren llamar su atención. Su cabello es castaño rojizo y su cintura es pequeña. Piernas largas y un uniforme que no pasa desapercibido para depredadores como mis cuñados.

—¿Puedo servirles algo? —pregunta.

—Zumo de naranja para mí está bien —musito —. ¿Tienen algo de comer?

Asiente.

—Por supuesto, señorita. Tocinos con huevos, sándwich y pollo asado están en el menú.

—Sándwich está bien.

Ella enfoca sus ojos en Asher.

—¿Desea algo, señor Karlsson?

—No pediré nada por ahora. Gracias, Esther.

La azafata ofrece el mismo servicio a los demás y después trae nuestros pedidos. Mastico mi sándwich mientras la televisión se enciende y reproduce una película dramática, mi favorita dirigida por Guillermo del Toro. La forma del agua.

—¡Amo esa película! —Julianne salta en su asiento —. La hemos visto muchas veces juntos. ¿No, Asher?

El sándwich queda suspendido en mi boca a medio tragar y elevo unas de mis cejas. Asher se rasca la barbilla sin atreverse a mirarme.

—Ehh... sí, pero siempre me pareció una película turbia.

Andrew se ríe, Ashton está más interesado en leer un libro de Stephen King.

—El fenómeno sabe follar y termina con la chica —comenta Andrew —. Cualquiera que sepa cómo usar un pene es el ganador.

Arrugo la nariz y me enfoco en Julianne. No hay rastros de Axel y la azafata, pero escucho los suaves quejidos que provienen del baño a pesar de las turbulencias. Eww...

—¿Desde cuándo se conocen? —Le pregunto a Julianne —. Imagino que la amistad de ambos tiene años con muchas anécdotas interesantes.

La rubia me da una sonrisa de suficiencia. Ya entiendo cuál es el problema aquí. ¿Se acostó con Asher? ¿Por eso se siente tan territorial con él? Por supuesto que sí. Debí suponerlo desde el principio.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora