Capitulo XV

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"Sus ojos lucían hermosos, hipnotizantes como los de un ángel caído, disfrazando la crueldad que se esconde detrás de ellos."

-Fleur Dupont.

Capítulo XV

—Pierce...— susurré sintiéndolo detrás de mí.

Estaba atrapada; un lado de mi cara presionada contra la puerta. No podía moverme, no estaba segura de querer moverme. El cuerpo bien formado de Pierce estaba contra el mío. Traté de darme la vuelta, pero él me presionó más fuerte en la puerta. Su aliento me acariciaba la parte de atrás del cuello lo cual produjo una sensación de hormigueo por todo mi cuerpo, —Pierce, suéltame.

—¿Por qué?— me habló directamente al oído. Tragué.

—Me estás lastimando— mentí.

—Eso no es cierto.— contestó frotando el lóbulo de mi oreja con sus cálidos labios.

—Pierce...

—¿Sí?— Sonaba divertido.

—Suéltame.— sorprendentemente, lo sentí retrocediendo, liberándome. Me di la vuelta confundida y lo encontré mirándome fijamente. Esos ojos grises que podrían enloquecer a cualquiera. Al instante, me ruboricé ligeramente —¿Qué?

—Eres tan fácil de leer, Fleur.— me sonrió y caminó hacia mi cama para sentarse en ella.

—¿Qué estás haciendo? No puedes estar aquí— crucé mis brazos sobre mi pecho.

—Estoy aburrido— suspiró y se dejó caer en mi cama.

—¡Oye! Bájate de mi cama.

—Obligame.— tomé una respiración profunda, —Tus abuelos parecen adinerados.

—¿Cómo...— No terminé mi frase; Era inútil preguntar cómo sabía de mis abuelos. Pierce parecía saber cada paso que daba.

—Me estás acosando.

Se puso las manos detrás de la cabeza, inclinándose hacia atrás contra la cabecera de la cama, —Ya quisieras.

—No, de verdad lo estas haciendo, no estoy bromeando.

—¿Por qué te acosaría?

Me encogí de hombros, —No se, tu dímelo.

Una sonrisa torcida se formó en sus labios, —¿Por qué siempre estas tan a la defensiva conmigo?

—Porque solo vienes a molestarme, tu mismo lo dijiste.

—Cierto.— admitió, —Pero también vengo a asegurarme que estés bien.

Eso me tomó por sorpresa, —¿Por qué harías eso?

—La primera vez que te vi estabas a punto de saltar de este edificio,— me recordó, no podía creer que lo dijera tan casualmente, —Digamos, que solo me aseguro de que no vuelvas a intentar eso.

—¿Por qué?

El alzó una ceja, —¿Tengo que tener una razón para evitar que alguien se suicide?

Me quedé en silencio por unos segundos, —Estoy bien, no te sientas obligado a cuidarme.

—No es una obligación para mi, disfruto bastante molestarte.

—Claro.

El subió los pies a la cama, —¿Cómo te fue con el psiquiatra?

—Bien... fue...— no podía contarle mucho sin revelarle el motivo porque el que estaba internada aquí.

Fleur: Mi desesperada decisión ✔️[Darks #0] ¡Ya en librerías!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora