Capítulo 31 🌙

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Arianne

Hago flexiones de piernas, casi cien abdominales, salto y corro durante una hora por el bosque. Josh verifica el tiempo en su reloj y me presiona cuando cree que no es suficiente. La luna llena hará presencia en los próximos treinta o sesenta días y quiero aumentar mi masa muscular. Mi metabolismo siempre ha sido alto a causa de mis genes, pero no me vendrá mal ejercitarme y tener más resistencia. Mi cuerpo también se convertirá en un arma poderosa. Lo mismo mi mente. Nunca le daré entrada a Abigail.

No le daré la oportunidad de romperme.

Sobreviviré al cambio, seré invencible y Abigail lamentará por haber pensado en la absurda posibilidad de poseerme. Si no me busca, lo haré yo. No me esconderé toda mi vida.

Kellan alinea varios troncos de madera sobre la tierra y los quemo uno por uno. Su cara podría ser fácilmente un meme por la forma que abre la boca y los ojos. Encantador.

—Nunca he visto a nadie aprender tan rápido como lo haces tú —Se toca los labios con un dedo índice —. Tu nivel es superior, pero no debería sorprenderme. Las mujeres druidas siempre destacaron sobre los hombres en cuanto a poderes y conocimientos. Podrías ser fácilmente como Morrigan, la diosa de la muerte y destrucción.

El orgullo hincha mi pecho por el halago.

—Quiero hacerla pedazos.

Sus labios se alzan en una sonrisa.

—Lo lograrás.

—¿Qué haremos mañana?

—Seguir armonizando.

—Bien.

Él recoge su botella de agua y me sonríe.

—Te veo en casa.

Se retira mientras permanezco en silencio con Josh. Recojo una rama del suelo con la incomodidad pesándome. Esta es la segunda vez que hablamos a solas. Siempre estoy acompañada por Asher o sus hermanos. Debo aprender a ser civilizada si quiero avanzar.

—¿Alguna vez intentaste rehacer tu vida? —inquiero.

—No —contesta distante —. Mi vida no volvió a ser la misma desde que perdí a mi familia.

—Tu familia.

—Mis padres y mis hermanos —expone con melancolía —. Los perdí cuando era muy joven. Tenía veinte años.

El pesar me retuerce el pecho con un jadeo. Estoy helada y quieta. Supongo que no es un cascarón vacío como lo consideraba. Todos tenemos una historia que contar.

—Lo siento. ¿Cómo ocurrió? Lo respetaré si no quieres decírmelo.

Afloja su corbata en un intento de respirar.

—Provengo de una familia de licántropos. Mi hermano Jasper atacó a nuestra manada. Ambos no podíamos ni vernos la cara. Él me odiaba porque mi padre me escogió para ocupar su lugar.

—Te escogió para ser el Alfa.

Josh asiente.

—En 1895 mi manada fue atacada por licántropos desconocidos. Mujeres fueron violadas, niños secuestrados y hombres torturados —Su voz se apaga —. Mi familia murió esa noche y no pude hacer nada. Jasper decidió dejarme vivo como castigo, me obligó a ver cada acto repulsivo que hicieron. Se alió con un clan enemigo para destruirnos.

Expiro fuertemente.

—Lo siento —Es todo lo que puedo decir.

—Me sentí culpable por ser el único sobreviviente, incluso odié a mi raza. Los odiaba. Me convertí en un lobo sin manada y busqué mi camino lejos de mi aldea. En el viaje, conocí a Balton. Él era cazador y sabía que yo era licántropo. Balton practicaba ocultismo y me dijo que podía ser parte de ellos con una condición.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora