Capítulo 13: Reunión clandestina

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La alarma del móvil de Momo sonó advirtiéndola de que ya era media noche. Se destapó con cuidado y fue hacia las camas de Sana y Mina para despertarlas.
– Vamos al salón para no despertar a Jihyo – sugirió Sana.
Las otras dos estuvieron de acuerdo y la siguieron al salón.
Encendieron las luces y se sentaron en el sofá.
– ¿Qué podemos hacer? – se preguntó Sana en voz alta.
– ¡Lluvia de ideas! – propuso Momo alzando los brazos emocionada.
Las tres chicas comenzaron a pensar y a maquinar un plan dentro de sus cabezas.
Estaban tan absortas que ninguna se dio cuenta de un fuerte ruido en la cocina.
...
– Esto si que es mala suerte – se quejó Jihyo.
– Tú por lo menos no te has dado contra la mesa – espetó Tzuyu frotándose la cabeza.
Ella y Jihyo hacía tan solo cinco minutos que habían entrado por la puerta de casa. Se habían entretenido más de la cuenta y ahora pagaban las consecuencias.
Las tres japonesas estaban teniendo una reunión clandestina en plena noche y no podían acceder a sus dormitorios sin ser descubiertas.
Justo cuando estaban entrando las oyeron acercase y corrieron a la cocina a esconderse debajo de la mesa del comedor, Tzuyu no había calculado bien y se había llevado un golpe.
– Espero que no nos hayan oído.
– No las oigo acercarse – suspiró aliviada la maknae.
...
– ¡Ya sé! – exclamó Momo alegre por ser la primera en tener una idea.
Las otras dos la miraron expectantes.
– ¿Y si la escribes una carta?
Mina se lo pensó un par de segundos y le pareció buena idea.
– Estaría bien.
– ¿Y qué más? -– preguntó Sana.
– ¿Más?
– Una carta sola no va a bastar – se lamentó Mina.
Momo suspiró frustrada y volvió al mundo de sus pensamientos de nuevo. Las otras dos chicas también comenzaron a buscar una solución.
...
– Tengo que contárselo a Nayeon – susurró Jihyo sin darse cuenta de que no estaba sola.
– No deberías – la advirtió Tzuyu.
La líder la miró sorprendida y levantó una ceja reclamando una explicación.
– Estarías contando un secreto suyo, sería como si contases porque Nayeon y Mina están peleadas.
Jihyo negó con la cabeza. Ella no lo entendía de esa manera.
Tzuyu no quería que su novia interviniera, necesitaba darle una buena excusa para convencerla de que mantuviera en silencio.
– Si dices algo Nayeon te preguntará como te enteraste.
– Puedo decir que las espié – contestó la castaña encogiéndose de hombros.
Tzuyu comenzó a desesperarse.
– No lo hagas – la rogó poniendo cara de cachorro.
La líder la miró. Una parte de ella quería contarlo pero otra parte quería hacer caso a su novia para no entristecerla.
La china decidió besar los labios de Jihyo para terminar de convencerla.
...
– ¿La compramos un perro? – sugirió de repente Sana.
Mina negó rápidamente con la cabeza.
– Sabiendo como es seguro que nos tocaría cuidarlo a nosotras, sin contar que con nueve personas la casa ya está suficientemente sucia.
La idea de Sana fue descartada y continuaron pensando.

– ¡Comida! – saltó de repente Momo.
Sana y Mina se miraron sonrientes, aquella idea era muy buena.
– Le prepararé su plato favorito – dijo sonriente la castaña.
– Y también podrías regalarle algo – agregó Sana.
– Ella es muy femenina así que seguro que si le regalo una joya con algo especial le gustará – pensó en voz alta Mina.
– Y que sea cara – añadió Momo.
Las tres rieron por su comentario y apuntaron en una hoja todas las ideas que habían tenido.
– En cuanto tengamos tiempo libre iremos las tres a comprar la comida, un papel bonito para que escribas e iremos de tiendas en busca de algo perfecto para ella – dijo Momo decidida.
Sana y Mina estuvieron de acuerdo y se marcharon a sus camas a dormir. Mina por fin podría descansar, tenía la esperanza de que Nayeon pudiera llegar a perdonarla.
...
Después de un rato largo Jihyo y Tzuyu se separaron.
– ¡No las he escuchado! – se lamentó la mayor.
– ¿Prefieres oír lo que están hablando antes que besarme? – interrogó ofendida Tzuyu.
Jihyo negó rápidamente con la cabeza y dejó un corto beso sobre los labios de su novia.
La maknae sonrió de forma burlona.
– Me temo que ya no tienes nada que contarle a Nayeon.
Jihyo frunció un pocos los labios y Tzuyu los besó.
– Y pensar que hace unas horas me ruboricé porque me diste un beso en la mejilla – comentó.
La pequeña sonrió divertida y volvió a besar los labios de su novia y la envolvió entre sus brazos. Que bien se sentía poder quererla sin restricciones.
Jihyo era una persona responsable, y lo demostró separándose de Tzuyu y mandándola a la cama. Las esperaba una agenda ajetreada y no podían perder más horas de sueño.
...
Nayeon se despertó sin ganas de nada. Anoche le había costado mucho dormirse, pero se había quitado un peso de encima desahogándose con Jeongyeon.
Se giró un poco y observó el rostro dormido de su amiga. Parecía un ángel, porque lo era. A veces podía sacarla un poco de quicio con sus bromas pero siempre estaba allí para ella. Deseaba con todas sus fuerzas que Jeongyeon no tuviera que pasar por lo mismo que ella y encontrase a alguien que le hiciera feliz.
– ¿Qué ocurre? – preguntó la rubia abriendo levemente los ojos.
Había notado algo extraño en el ambiente y por ello se había despertado.
Observó el rostro de Nayeon que la miraba con una sonrisa triste.
– ¿Has dormido? – preguntó preocupada Jeongyeon.
Nayeon asistió rápidamente y su sonrisa se volvió un poco más alegre.
Oyeron varios golpes en la puerta que las asustaron.
Ya estaba Jihyo reclamando que se levantasen. ¿Por qué no podía quedarse dormida aunque sólo fuera un día?
Jeongyeon se levantó con fastidio y abrió la puerta.
Se sorprendió bastante al encontrarse a Chaeyoung y a Tzuyu afuera. La más baja empezaría a llorar de forma inminente mientras que Tzuyu estaba a punto de caerse al suelo por culpa del sueño.
– ¿Qué sucede? – preguntó la rubia.
– Las de la habitación grande no despiertan – dijo preocupada Chaeyoung.
Jeongyeon la miró extrañada y decidió ir a la habitación más grande de la casa. Las maknaes la siguieron, y también Nayeon, tenía curiosidad por saber que sucedía.
Abrieron la puerta y se encontraron con Dahyun intentando despertar a Momo.
El deseo de Jeongyeon se había cumplido sin que ella lo supiera, la líder había caído en un profundo sueño, lo malo es que no había afectado a todos los habitantes de la casa, un pequeño fallo.
– ¿Cómo las despertamos? – preguntó Dahyun a las recién llegadas.
– Con agua – respondió enseguida la girl crush.
Chaeyoung, Jeongyeon y Dahyun salieron de la habitación para dirigirse a la cocina y llenar vasos de agua para tirarlos encima de las dormidas.
– Anoche seguro que se quedaron hasta tarde y por eso se despiertan – comentó Nayeon para sí misma.
Tzuyu estaba apoyada en la pared haciendo esfuerzos titánicos para no quedarse dormida. El comentario de Nayeon la puso en alerta.
– No sé, a lo mejor es que tienen sueño pesado – dijo inocentemente.
Nayeon frunció las cejas, no estaba convencida de la explicación de Tzuyu, pero no se le ocurría un motivo por el cual Jihyo se quedase despierta hablando con las tres japonesas.
Las tres chicas llegaron con los vasos de agua y se los tiraron a la cara. Se despertaron al momento, sobresaltadas y mojadas.
– ¿Qué sucede? – chilló Momo mirando a Dahyun primero y luego al resto.
Los ojos de Mina fueron directos hacia Nayeon, quien la estaba observando. Cuando sus miradas se encontraron la mayor no dudó ni un segundo en apartar la suya. Mina sintió un pequeño pinchazo en el corazón.
– ¿Por qué nos habéis tirado agua? – preguntó enfadada Sana.
– Porque no os despertabais – explicó Chaeyoung.
– ¿Qué estuvisteis haciendo anoche para tener tanto sueño? – interrogó Jeongyeon.
Las tres japonesas se miraron entre sí, estaban asustadas, no sabían que excusa poner. Seguro que Jeongyeon y Nayeon sospechaban algo.
– ¿Qué más da? – intervino Tzuyu irritada – el motivo da igual, lo verdaderamente importante es que no se duerman durante las presentaciones ni sufran desmayos. 
Nadie se atrevió a responderla. Pocas veces la veían tan irascible, y cuando estaba así era mejor no hablarla.
– ¿Podéis hacer el desayuno? – preguntó Jihyo mirando a las dos más mayores.
Jeongyeon y Nayeon asintieron y abandonaron la habitación, y con ellas la tensión en el ambiente.
– Gracias – dijo Sana sonriendo tiernamente a la china.
– Nos has salvado – agregó Momo.
– No sé porqué anoche os quedasteis hablando hasta tarde, pero espero que vuestra reunión haya merecido la pena – les advirtió la menor.
Antes de que alguna pudiera responderla, Tzuyu abandonó la habitación seguida de Jihyo.
Dahyun y Chaeyoung prefirieron quedarse con las tres japonesas. Querían preguntarlas sobre lo que no se estaban enterando, pero no iban a conseguir ninguna información. Las tres se cerraron en banda.

Deeply In Love ||Minayeon Y Jitzu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora