Otra vez

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Otra vez aquí, dependiendo de los azares que prepara el destino. Esperando que todo se resuelva como si fuese magia.

Pedí una última señal para quedarme y sigo estando sin motivos para hacerlo. ¿Qué necesito hacer para descubrir el motivo de mi existencia? ¿Hasta qué punto debo estar hundido en el mismo infierno para descubrir mi función sobre la Tierra? Soy un mero peón en una batalla que voy perdiendo.

Todo me empuja inevitablemente a subir de otra vez a lo alto del edificio, cruzar la zona segura y pender de una señal para no lanzarme.

Mi celular suena; es una llamada de la compañía telefónica.

—¿Tomó en cuenta mi consejo? —La sonrisa se cuela en mi rostro—. Oh espere... —Silencio—. Buenas noches, mi nombre es Ross. Estoy llamando desde la compañía Reburn para ofrecerle una promoción. ¿Me puede dar su nombre?

—Thomas. Me llamo Thomas.

—No tiene que repetirlo, Morgan, recuerdo su nombre.

—Y yo el suyo.

Por supuesto que recuerdo su nombre. ¿Cómo podría olvidar una voz que me infunde tranquilidad?

—No, no. El segundo plan de minutos incluye internet por siete días... Exacto.

No pregunté a qué se refería con eso, deduzco que desde su puesto de trabajo alguien la está supervisando.

—¿Su jefe?

—Jefa. De vez en cuando pasa tras nuestros asientos para asegurarse de que trabajamos. —Hace una pausa—. No respondió si tomó mi consejo.

Se refiere al de escuchar Queen.

—Lo hice, una vez —confieso.

—¿Solo una? Queen es para toda la vida.

—¿Qué canción me recomienda?

Un jadeo se escucha desde el otro lado de la línea.

We Are The Champion, my friend.

"my friend..."

Sonrío. Es fácil hacerlo cuando nadie me está mirando.

—¿Somos campeones?

—Por supuesto, fuimos el espermatozoide más rápido. Ahora que lo pienso, eso se oye horriblemente asqueroso —un grito ahogado—. Entiendo, Morgan, pero ese tipo de promociones no van acorde a la compañía. Sí... Ya debo colgar, por favor, señor, no se altere.

—Adiós, Ross.

La llamada finaliza y bloqueo la pantalla del celular. En el fondo oscuro, mi reflejo puede verse con facilidad. Mi cara. Mis dos caras...

Soy horrible. Soy un adefesio que no debería existir y mi marca es la cruz que debo cargar por ello.

Lo siento, realmente lo siento.

Mi última señal ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora