Capítulo 49 (Final) 🌙

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Tres semanas después...

Arianne

Me negué a ver el cuerpo de Theo. Sé que si tengo otro vistazo de él me hará pedazos y prefiero conservar el último recuerdo de nosotros en el túnel.

Necesito ese dolor para mantenerme firme.

Necesito este odio para recordar por qué razón sigo viva.

Han sido días muy difíciles dónde lloré, extrañé mucho a mamá y supliqué que Theo al fin descanse. Mi padre hizo que trasladen su cuerpo al mismo cementerio dónde fue enterrada mi madre. Ahora ellos estarán juntos mientras yo seguiré viva para detener al monstruo que arruinó nuestras vidas.

No me daré por vencida.

No descansaré hasta acabar con cada pedazo de Abigail Sanders.

Estoy sedienta de su sangre y ella me lo dará.

Cada litro...

Cada gota...

—¿Es de tu agrado? —pregunta Asher —. No es muy grande como la Fortaleza, pero tiene suficiente espacio para los dos.

Sus brazos rodean mi cintura, apoya la barbilla en mi cabeza y juntos observamos la preciosa cabaña de dos pisos. Es de madera con un porche, un garaje y un precioso jardín con margaritas. Se encuentra a poca distancia de la Fortaleza Karlsson. Asher decidió tomar esta decisión por la mala relación con su madre. Ha priorizado mi bienestar.

—La amo —susurro —. Es perfecta para los dos.

Me río cuando me levanta en sus brazos e ingresamos al interior. Hay varias cajas de la mudanza con nuestras ropas, objetos necesarios y los muebles. Me encanta cómo todo está decorado. Ni tan femenino ni masculino. Una mezcla de ambos. Sonrío al ver el peluche de lobito descansando en el sofá.

—Tendremos mucha privacidad —Asher me besa el cuello —. Aquí podrás gritar lo quieras y nadie te escuchará.

Sus manos se arrastran bajo el top y toca la piel de mi estómago. Escalofríos me recorren de pies a cabeza. Lo hicimos una sola vez en la Fortaleza. Me negué a intimar con él porque sé que su familia puede escucharnos y me avergüenza. A mi lobito no le importa, pero a mí sí.

—Asher...

—¿No me echas de menos? —Muerde el lóbulo de mi oreja.

Mi voz es temblorosa con balbuceos excitados. Me roba un suave gemido mientras tira hacia abajo mi pantalón de deporte.

—Sí.

—Entonces déjame consentirte.

Lo hacemos contra la pared después. Mis piernas en su estrecha cintura, mis brazos en su cuello y mis gemidos audibles sin necesidad de callarlos. Asher me toma duro, sin delicadeza ni amabilidad. Sabe que me gusta de esa forma y me complace con mucho gusto.

Cuando terminamos, caemos sedientos y desnudos al suelo con él sobre mí. Mi respiración agitada y su cara entre mis pechos. Dioses... el sexo es terapéutico. Me ayuda a olvidar mi espeluznante vida. Lo haría todos los días.

—Aún no has visto la cama —Asher me sonríe y muerde uno de mis senos —. Deberíamos estrenarla también. El colchón es muy suave.

Se me escapa una risita seguido de un quejido.

—Será un placer comprobarlo.

Después de la ducha, acomodamos todo en los lugares adecuados. Arreglamos la habitación que compartiremos, preparamos la cena y llega la noche con un golpe en la puerta. Asher frunce el ceño con un trozo de pizza a medio terminar en la boca.

—No creo que sean mis hermanos —dice —. Ellos son escandalosos.

Tomo un trago de gaseosa y me pongo de pie.

—Iré a ver quién es.

Asher inmediatamente se levanta de su lugar.

—Te acompaño.

Ruedo los ojos.

—Lobito inseguro.

Abrimos la puerta para encontrarnos con la sorpresa de que hay una enorme caja sobre la pequeña alfombra de bienvenida. Eso no es todo. Hay moscas rodeándolo y está húmeda. Me cubro la nariz porque el hedor que desprende es muy fuerte.

—Mierda... —dice Asher —. Esto es muy malo.

Trago saliva.

—¿Lo abres tú o yo?

Su expresión asqueada me responde todo. Bien. Lo haré yo. La cinta que lo envuelve se rompe sin necesidad de tocarlo y después tenemos un vistazo de lo que hay en el interior. Una conocida túnica negra que vi cuando me secuestraron en el ritual, sangre y una cabeza con rastas...

Me cubro la boca antes de que salga el grito colérico y doy varios pasos atrás. No puede ser. Es la cabeza de Alem, el sacerdote traidor. Está muerto.

—Carajo... —Asher maldice y se traga una arcada.

Hemos recibido esta caja con un solo propósito y no necesito ser una genio para saber quién es el remitente. Hay una nota escrita con sangre. Asher lo agarra con una mueca de repulsión y juntos lo leemos.

"Un pajarito me afirmó que eres mucho peor que yo. Espero tener el placer de corroborarlo por mí misma pronto, Arianne. Cuida tus espaldas, estoy más cerca de lo que crees"

Continuará...


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