018.

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Un par de ojos le miraban atento, Jimin se sentía intimidado y a la vez muy emocionado. Había abierto la caja para encontrarse con la sorpresa más linda en cuatro patitas.

No sabía mucho de perros pero estaba un 90% seguro de que Jungkook le había regalado un hermoso Dálmata que apenas le habían aparecido las manchitas. Sonrío enternecido y tomó al cachorro entre sus brazos, se dio cuenta de inmediato que el perrito era muy juguetón porque le dejó la cara babeada en menos de tres segundos.

– ¡Es precioso! –chilla mirando a Jungkook quien estaba sosteniendo la caja.

– Y es un demonio –se queja el castaño–. Me mordió la mano cuando intente meterlo en la caja.

– ¡Eso es porque no le habías hecho los hoyos para que respirara! –Habla Taehyung recibiendo un empujón por parte de Jungkook– Eres un insensible, Dios le de paciencia a Jimin para aguantarte.

Ante aquel comentario el ahora peli-rosado se sonroja apretando contra su pecho al cachorro. Aún estaba emocionado de ver a Jungkook ahí después de pensar que el chico no aparecería y eso lograba inhabilitarlo para hallar las palabras correctas como agradecimiento.

Jungkook deja la caja a un lado y se acerca hasta Jimin alzando una ceja.

– No nos vemos un día y te cambias el tinte –dice mientras se le escapa una sonrisa.

– Es una tradición tonta –responde Jimin evitando la mirada del castaño–... No pensé que vendrías.

Jungkook iba a hablar pero en ese minuto llega Namjoon sosteniendo en sus manos un collar negro con púas y la correa de juego para entregárselos a Jimin.

– Feliz cumpleaños –le felicita el moreno–. Mi regalo es un complemento del que te dio Jungkook, espero que se vea rudo con esto.

– Muchas gracias, Namjoon –Jimin sonreía de oreja a oreja.

– ¡Mi regalo es el mejor de todos, Jimin! –chilla Tae entregándole una bolsa adornada con flores en las manos.

Con un gesto de agradecimiento Jimin cogió el paquete para abrirlo y se sorprendió al ver dentro de este un hermoso suéter tono rosa pálido tejido a mano. Lo primero que se le vino a la mente fue que era idéntico al que los borrachos habían roto la vez que Jungkook y Taehyung lo salvaron de la pelea. Aquella prenda era una de sus favoritas, le había dolido mucho perderla en algo tan horrible y ahora se sentía muy feliz de tenerla de vuelta. O una idéntica.

– Quisiera llevarme todo el crédito –habla Taehyung–, pero Jungkook fue quien me ayudó a elegirlo.

Sorprendido Jimin busca la mirada del castaño que estaba pegada en el piso a causa de la vergüenza. El corazón se aceleró al pensar que aquel chico tan tosco supiera cómo llegar a su corazón a través de detalles y se sentía pequeño cuando recordaba que no correspondía a sus sentimientos.

Acarició a su nuevo cachorro tratando de disimular la tristeza.

– Muchas gracias –dice–, todos los regalos son geniales, no debieron molestarse.

Al ver que su hijo se quedó afuera por mucho tiempo la señora Park sale a ver qué había pasado encontrándose con la tierna escena. Jimin la mira y estira el cachorrito hacia ella sonriendo.

– ¿Puedo quedármelo? –pregunta y ella toma al animal en brazos.

– Oh Dios –habla mientras acaricia al perro–, jamás pensé que que me harías abuela tan joven, Minnie.

Todos ríen y Jimin se siente feliz. No recordaba la última vez en que lo habían venido a ver por su cumpleaños, ni siquiera sabía si eso había pasado alguna vez. Siempre eran el y su madre, su padre los dejo cuando era pequeño a causa de su personalidad femenina o como el definía de "marica", por lo que nunca más supieron sobre aquel hombre. No tenía abuelos ni tíos, nadie con quien más compartir las fiestas además de Youngmin. Jimin no se quejaba, pero tampoco podía negar que todo se sentía mejor cuando había alguien más que se preocupase por ti.

Agridulce ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora