Capítulo 15

4.2K 434 58
                                    


Llegamos a la primera manada de visita dos horas después de nuestra pausa para comer. Una vez que pasamos por la frontera ambos fuimos conscientes de un sutil cambio en el aire que pareció volverse más pesado y difícil de obtener. Aunque probablemente solo se tratara de nuestro nervio debido a la relación existente entre las dos familias. Pasamos una gran parte del trayecto en un silencio cómodo, pero se llegó a transformar en uno de alerta, con ambos muy atentos en caso de algún peligro.

Definitivamente no nos fiábamos de los habitantes del lugar.

-- Nunca antes había estado aquí -- Confesó Alex unos minutos antes de finalmente llegar a la casa grande, donde estarían los alphas y nosotros alojaríamos -- Conoceré el lugar en el que mi madre vivió durante toda su infancia.

-- Parece ser más frío que nuestro hogar -- Comenté. La temperatura era baja. No podía imaginar a una niña crecer feliz en un lugar como este. Nuestra manada era mucho más alegre y activa. Si la madre de Alex no se hubiera ido de este lugar y de igual forma tuviera a su compañero con sigo probablemente yo jamás hubiera conocido a mi mejor amigo. Él se hubiera quedado siempre en este territorio y tal vez hubiera adoptado la apariencia levemente siniestra del lugar. No podía imaginar a un Alexander pequeño, con lo revoltoso y atrevido que era, vivir aquí.

Intenté dejar de pensar en los tíos y abuelos de Alex como su familia. Ellos jamás estuvieron presentes en su vida y tampoco se mantenía una buena relación. Sus lazos estaban rotos y no veía como remendarlos. La mamá de Alex no pertenecía aquí. Ella era diferente. Claro, no tenía la enorme fuerza física de los demás, pero esta no hacía falta cuando podía iluminar una habitación oscura con su personalidad.

No sabía que esperar para mí. La única que vez que vi a los alphas del lugar estos me dieron una mirada capaz de asesinar a un cachorrito. No creía ser bienvenida en el lugar. De cualquier forma no lograrían echarme. Respecto a los ex alphas o abuelos biológicos de Alex, no esperaba demasiado.

Me sentí un poco mal al darme cuenta lo rota que se encontraba la familia de mi amigo. Alex tenía a sus padres y a mi familia como remplazo a todos los lazos sanguíneos perdidos. Todo el mundo lo adoraba, ¿Y cómo no? Nunca da razones pare dejar de hacerlo. Daría su vida por salvar a alguien que quiere. Prefería sacrificar su felicidad y libertad eternamente a que su madre pudiera tener problemas al volver a estar cerca de su hermana y padres. Yo sabía que se pondría delante mío en caso de cualquier situación peligrosa para protegerme. Podría apostar que recibiría una bala por algún desconocido. Era tan bueno que dolía. Parecía haber sido sacado de algún libro, como un el personaje masculino perfecto.

O tal vez solo se trataba de mi viéndolo de aquella forma, como un superhéroe.

Cuando estacionó el vehículo nos recibieron un montón de guerreros trabajando como guardias en compañía con la familia de Alex. Abrí la puerta del copiloto y antes de poder contar hasta tres mi amigo había rodeado todo el automóvil para estar a mi lado. Me estaba intentando proteger.

-- Hola -- Fui yo quien rompió el silencio que se había formado. Di un paso adelante para apretar la mano de los dos líderes. Como ya estaba esperando, ellos tuvieron un agarre demasiado fuerte. No me permití hacer siquiera una mueca -- Gracias por recibirnos.

No tenía una mínima idea de donde provenían esas palabras o mi faceta democrática y simpática. Probablemente mi subconsciente estuviera tan enfocado en tener que ayudar a evitar una batalla que instintivamente comenzó a hacerme actuar de una forma en la que no pudieran odiarme demasiado. Alex saludó unos segundos después que yo.

-- Entren, por favor.

La cortesía de la mujer era incluso más falsa que el buen ánimo que estaba fingiendo. Alex y yo sacamos nuestras cosas del auto. Él tomó las cosas pesadas y yo algunas mas livianas para no sentirme inútil. Ambos sabíamos que él podía con todo. Nos guiaron hasta un segundo piso donde había una habitación preparada para nosotros. No me había detenido a pensar acerca de que todos nos darían solo una habitación al asumir que somos pareja. No sería incómodo. Aunque nos hubieran ofrecido dos de cualquier forma hubiéramos terminado por usar solo una.

Behind the glassDonde viven las historias. Descúbrelo ahora