12.¿¡Qué dijiste?!

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(Dafne)

Dio un largo bostezo y de reojo vio como Beca leía en voz alta la entrevista a Will para que el montón de chicas que las rodeaban suspirasen enamoradas ante las palabras cursis del modelo. Por alguna extraña razón, el periódico que ella le había traído a Beca era de los pocos ejemplares que había en su facultad; ¿sería que a Triz los vendió todos en las demás facultades y apenas llegó con periódicos a la suya?

Aburrida por los comentarios de chicas en celo, decidió cambiarse a una mesa más lejana y cerca de las ventanas. Dejó sus cosas sobre la mesa y apoyó la cabeza sobre ellas, por culpa de Sonia esta mañana había llegado tarde a clase así que no pudo aporrear la cara de Damián con su ejemplar; y hablando del pelirrojo... ¿dónde narices estaba? En todos los descansos fue a buscarlo a su clase pero nunca estaba; ¿se estaba escondiendo de ella o qué? ¡Si no lo veía enojarse, no era divertido!

―Gran fiesta de inauguración. No faltes, yo no lo haré miau.―levantó la mirada y se encontró a Ren con la hoja del periódico dónde estaba la foto de Damien vestido de gato anunciando una fiesta en su propia casa.―Me parece un poco excesivo poner su verdadera dirección.

―Él se lo ha buscado.―aseguró viendo como Ren se sentaba frente a ella por lo que lo miró con ilusión.―Oye, oye... ¿trajiste el ordenador para poder piratear los semáforos?

―¿Me vas a invitar a comer? ―preguntó Ren enarcando una ceja.

―¿Me estás chantajeando?―curioseó fingiendo sorpresa, el japonés se llevó la mano a la barbilla y se hizo el interesante.―¿Es que no somos amigos?

―Porque somos amigos no te he matado por perder uno de mis gorros. ―declaró él haciéndola reír.

―Está claro que tienes un problema con los gorros de lana.―afirmó divertida al ver como el chico se quitaba el gorro y lo acariciaba como si fuera un perrito, luego se lo volvió a poner y la miró como si no hubiera pasado nada.―Estás como una cabra, ¿lo sabías?

―Sí pero gracias a mí puedes controlar el tráfico y hacer que la fuente baile al son de rock and roll.―recordó Ren colocando su mochila sobre la mesa y sacando un pequeño portátil de color negro.―¿Entonces vas a invitarme a comer?

―Ya veremos.―comentó con intriga, Ren entrecerró los ojos antes de ponerse a teclear en el ordenador mientras le lanzaba miradas furtivas.―Oye, oye...¿qué haces?

―¿Me vas a invitar a comer? ―preguntó Ren una vez más por lo que trató de asesinarlo con la mirada pero desafortunadamente no funcionó.

―Estás ganándote que le diga a mi padre que hackeaste los semáforos.―amenazó riendo con maldad al ver como Ren abría los ojos de forma desorbitada.

―Me rindo.―sentenció el japonés levantando las manos, sonrió satisfecha y tomó el ordenador entre sus manos. No obstante, cuando miró la pantalla se encontró abierto el  buscaminas por lo que miró hacia Ren que sonreía abiertamente.―¿Pensabas que estaba pirateando algo, verdad?

―¡Ren eres malo! ―exclamó tirándole el estuche mientras él se reía, infló las mejillas con enojo y se puso a jugar al buscaminas pero al primer click dio con una bomba.―Mierda. Odio este juego.

―Eso es porque no sabes jugar.―dijo el japonés poniéndose en pie y sentándose en el asiento que había a su lado, luego se acercó al ordenador e inició una partida nueva.―¿Sabes que el juego consiste en no clicar sobre las bombas, verdad?

―No seas idiota, claro que lo sé.―contestó lanzándole una mirada asesina de reojo antes de tomar el control del ordenador.

―¿Qué haces por aquí Ren? ―preguntó Matt apareciendo con Nora que por extraño que pareciese no estaba leyendo un libro.

Cállate y Bésame (TQST Libro #2)© [EN LIBRERIAS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora