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    Despierto con el calor del sol dándome en la cara sin dejarme seguir descansando, no me estiro ya que no quiero chocar con el cuerpo de Jenna o Brid, pero cuando abro los ojos me sorprendo al no verlas a mi lado, en realidad me sorprende no ver a Jenna babeando a mi lado, Brid siempre despierta antes que nosotras. Escucho pasos fuera de mi cuarto así es que me levanto, los mellizos deben estar despiertos. 

     Me sorprendo a ver a mi papá caminar hacia el pequeño cuarto donde planchamos nuestra ropa, él ya debería estar en el trabajo. Camino hacia él para saludarle y me sorprendo al ver a mi mamá planchando ahí ¿Qué tan tarde he despertado que todo el mundo está acá?

- Stella.- mi papá me mira sorprendido al verme despierta.- ¿No deberías estar durmiendo? 

- ¿Por qué lo estaría haciendo? parece que todos en casa están ya despiertos. Además mis invitadas se escabulleron de mi cuarto.

   Mi mamá no separa los ojos de la tabla de planchar, y es él quién pone su mano sobre mi hombro, da un ligero apretón. Despego mi mirada del cuerpo de mi mamá y lo observo a él, luce cansado, luce viejo también. 

- Cariño ... 

    Siento como un hielo recorre mi espalda, algo parecido a una cantidad de alfileres pinchando en mi columna, me falta el aire enseguida y no sé qué hacer exactamente. Como si hubiese llevado lentes que no me dejaran ver la realidad, comienzo a notar pequeños detalles que no había tomado en cuenta. Mi padre lleva la misma ropa que llevaba ayer, antes de salir a media tarde, mi mamá no lleva su uniforme de enfermera y en su lugar hay un vestido negro. Sus se elevan hacia mi y no hay palabras que ella pueda decir sin romper en llanto. Y yo solo me limito a negar porque ¿Qué más se puede hacer en estos momentos? Nada de lo que diga va a alejar su dolor, o el mío. Intento salir del cuarto, pero lo brazos de mi papá mi detienen en un abrazo que lamentablemente no mejora nada. Éso sucede en momentos como éste, realmente no hay nada que pueda hacerte sentir bien por más de dos segundos. 

   De forma brusca desato el abrazo de mi padre y camino rápidamente hacia el cuarto de Steffan y veo como Bridget acaricia su cabello distraidamente, mi hermano parece perdido en un trance, no hay rastro de que haya estado llorando, y lo envidio tanto porque yo desearía no estar haciéndolo. Brid me mira y hace el ademán de levantarse, pero yo niego, quiero que se quede con mi hermano. Deduzco que Jenna debe estar con Sidney, así es que me voy a mi cuarto y cierro con pestillo. 

    Me hago un ovillo en mi cama, que ahora parece ser el lugar más seguro en todo el mundo. Y cierro los ojos para llorar, y seguir llorando. No es un misterio para nadie que en algún momento todos nos vamos a morir, que vamos a dejar de respirar, que nos volveremos un recuerdo que de manera inminente  en algún momento dejará de ser recordado, que dejará de sentirse palpable. Lo que sí es un misterio es cómo se supone que debemos prepararnos para dejar partir. 

    Luego de un rato la puerta suena y decido ir a abrir. Sería egoísta de mi parte hacer escenas dramáticas en éste momento, un fuerte abrazo de Jenna me jala hacia adelante, la mano de Brid acaricia mi cabello mientras mi llanto se hace fuerte y doloroso. Duele tanto. 

- Estamos aquí Stella, déjalo salir.- Brid acaricia mi cabeza como si quisiera quitar todo el dolor de mi cuerpo en éste momento. 

    Caminamos hasta mi cama y nos recostamos sobre ella, lloramos juntas, porque cuando una llora, el resto también debe hacerlo.

- Los chicos llegaron, están con tus hermanos ahora.- Jenna me habla mientras miramos el techo. 

- Es bueno que no estén solos. Nadie debe estar solo en estos momentos ¿Mis padres?

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