7. Propuesta

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A pesar de que yo no era la encargada de hacer la entrevista, no pude evitar ilusionarme. El Esloveno había desaparecido de mi mente después del partido en el que lo saludé semanas atrás y ahora volvía a aparecer. Daría cualquier cosa por hacer yo esa entrevista, aunque sé que es imposible. ¿Qué pinta una becaria recién llegada entrevistando a una estrellita del basket? ¿Acaso estamos en una película romanticona de esas que tanto detesto?

Durante mi primera semana en Marca me dedico a completar mis tareas, algo aburridas pero mucho más llevaderas con buena música y el ambiente tan sano y entretenido en la oficina. Mi turno es de lunes a viernes, de 9 a 2. Durante mis prácticas aquí no necesito ir a la universidad más que algunas tardes y los trabajos los entrego online.

El viernes salgo de cañas con mis compañeros después del trabajo y nos conocemos un poco mejor. Todos menos Ale y Javi estamos aún estudiando la carrera y yo soy la más joven del grupo. Tengo mucha suerte de haber coincidido con ellos, lejos de la envidia y la competitividad que supuestamente predominan en todas las redacciones.

En la residencia mis amigos se alegran mucho cuando les cuento con detalle cómo me van las cosas. El mismo viernes por la noche Rocío, Vero y Marta bromean cuando les digo lo de la entrevista de Luka:

-Necesitas estar en esa entrevista y ligártelo. Ya veo el titular en la prensa rosa: ¨El yogurín Luka Dončić se enamora de una recién estrenada periodista"-dice Rocío, siempre con la cabeza en las nubes.

-Lo primero, aún no soy periodista, soy una becaria como otra cualquiera-le contesto-. Y lo segundo, ese chaval puede tener a la que quiera comiendo de la palma de su mano, ¿por qué iba a fijarse en mí?

-Pero chica, ¿tú te has visto?, ¡si pareces una modelo!-exclama Marta, que siempre me ha alabado por mis piernas largas y mi estatura.

-Además es muy joven aún. Hay que pillarlo antes de que empiece a ver mundo y todas se le echen encima-asegura Vero, a quien su novio dedica una miradita de soslayo-. Vamos Pablo, sabes que tú estás muchísimo más bueno que el rusito este.

-Esloveno, es Esloveno-le corrijo con los ojos en blanco-.Bueno chicas, como soñar es gratis me voy a soñar con el rubiales. Vosotras seguid escribiendo mi historia de amor.

Me despido y cojo el ascensor para subir a mi habitación. Cuando la puerta ya se está cerrando Marcos pone el pie y se cuela dentro.

-Cris, quería hablar contigo-me dice mirando hacia el suelo. Yo, sorprendida, le pregunto si ocurre algo.

-Verás, me preguntaba si querrías salir conmigo a cenar mañana. Es sábado y hay un ambientazo en Madrid. Podemos ir a cualquier terraza y luego al museo Chicote a tomarnos unas copas-me propone. La idea no me parece mala y necesito salir después de toda una semana trabajando.

-Claro, ¿quedamos en la recepción a las nueve?-sugiero.

-Perfecto. Ponte guapa, ¿eh?

-Yo siempre lo estoy-le guiño un ojo y camino hasta mi habitación, en el ala opuesto a la suya.

Marcos es un buen chico. Su piel y pelo morenos, metro ochenta y cinco, ojos verdes y cuerpo atlético tampoco pasan desapercibidos. Aunque no es un famoso jugador de baloncesto, a él si lo conozco personalmente y con él si que puedo tener alguna oportunidad. Al fin y al cabo salir de copas con un chico atractivo y simpático no me va a hacer ningún daño, ¿no?

Sueño cumplido (Luka Dončić)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora